Por Fabio Ladetto
13 Mayo 2012
Como antecedente inmediato anterior al surgimiento de los indignados españoles se suele mencionar la inconclusa Primavera Árabe, cuando las movilizaciones arrancaron concesiones políticas o derrocaron mandatarios. Sin embargo, la ocupación de las plazas ibéricas se vincula mucho más con los reclamos de un cambio de fondo del modelo hecho por los grupos antiglobalización de la década del 90, y con la consigna "Otro mundo es posible" que sumó voluntades en los Foros Social Mundial, apadrinado por Lula.
La consagración del brasileño como Presidente de su país y el ataque a las Torres Gemelas, que puso a quienes pensaban distinto bajo sospecha, debilitaron un movimiento que despertaba ilusiones.
Los indignados son herederos del intento de las sociedades de decidir su propio futuro; les queda mucho por hacer para transformarse en una alternativa sin fronteras, pero el año pasado comenzaron a andar ese camino.
La consagración del brasileño como Presidente de su país y el ataque a las Torres Gemelas, que puso a quienes pensaban distinto bajo sospecha, debilitaron un movimiento que despertaba ilusiones.
Los indignados son herederos del intento de las sociedades de decidir su propio futuro; les queda mucho por hacer para transformarse en una alternativa sin fronteras, pero el año pasado comenzaron a andar ese camino.
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