07 Mayo 2012
Algún vecino romanticón sintonizó unos enganchados de los 80 y lo puso a todo volumen. No sé si sabía lo de la Luna. Quise pensar que sí, mientras escuchaba y me entrometía en su "Eclipse total del corazón". Un cliché: Luna y música lenta. Melosa y trillada. Yo, mientras tanto, en pantuflas en medio del jardín a medianoche viendo cómo esa moneda de plata iluminaba todo. De repente, "More than words" (¡cómo me gusta esa canción!). Gracias vecino. Le puso banda sonora a mi soledad... a mi Luna en pijamas. Tentada, quise imaginar la escena. Él (si es que era un él) no estaba solo. No, seguro que sujetaba una cintura y le hacía promesas eternas. Como la Luna. (¿Y si me trepo a una escalera y espío?). Podría haberlo hecho, pero preferí quedarme con mi Luna y esta historia.
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