25 Abril 2012
El periodista americano David Kirpatrick, periodista de la revista Fortune y autor del libro "El efecto Facebook", afirmó recientemente en una entrevista: "las redes sociales elevan el nivel espiritual de la humanidad; nos permiten conocernos mejor a los de todos los países, etnias y credos. Podemos combatir la ignorancia mutua que alimenta el recelo donde se incuban las guerras".
Hay muchos ejemplos de estos en esa red social. El mes pasado, un ciudadano israelí (Ronni, de 41 años, diseñador gráfico) subió a Facebook una imagen que decía: "Iraníes, nosotros nunca vamos a bombardear su país. Los amamos". En 24 horas, la imagen se multiplicó en los muros de la red en Israel y al día siguiente, en Irán estaba siendo replicada con leyendas que decían "Israelíes, los amamos".
La experiencia de Ronni confirma la percepción de Kirpatrick. Y permite alimentar la esperanza de que el mundo se convierta en un lugar más habitable y más seguro. Con todo, no es la única manera en la que se expresa en Facebook la tendencia hacia lo espiritual.
En el último año han proliferado los sitios de donde se pueden obtener tarjetas con frases para reflexionar, escritas por personajes célebres como el Mahatma Ghandi, Martin Luther King o Desmond Tutu, por escritores como José Saramago o Mario Benedetti y muchas otras anónimas, que abrevan en corrientes filosóficas o espirituales como la zen, o en religiones como la católica. Los usuarios de la red toman de allí esas tarjetas y las postean en sus muros, compartiéndolas con todos sus amigos.
Esos sitios tienen nombres muy significativos, como "Bosque encantando", "Taller filosófico sociológico", "Vive tu recuerdo aquí", "Vivir a mi manera", "Como quieres que te quiera", "Pasiones y emociones", "Un rinconcito para el alma", "Mujeres que brillan", "La isla de los sentimientos", "Un lugar para soñar".
Para algunos usuarios, las tarjetitas son una molestia porque suenen más a frases hechas que a verdaderas reflexiones de quienes las postean. Pero los que suben estos pensamientos a sus muros tienen otro punto de vista. Sienten que están transmitiendo verdades interiores.
Testimonios
Entre quienes acostumbran postear este tipo de mensajes hay coincidencia en que tratan de rescatar valores. María Eugenia Waldmeyer, abogada y periodista, afirmó: "me parece que, frente a la creciente violencia en el mundo se marcan dos tendencias. Por un lado, el regreso a la espiritualidad (recordemos que antes, como mínimo, desde el rito, había mayor cabida de la trascendencia del espíritu humano, lo cual explica el origen de las religiones y de las disciplinas trascendentes. Por otro, también hay un crecimiento del escepticismo. Ambas vertientes intentan responder a la necesidad del ser humano de explicarse las cosas que pasan. Quizás no sea este el siglo más violento de la historia humana, pero es el primero que se refleja en tiempo real y a nivel universal. Todo confluye casi instantáneamente; entonces, al menos yo, empiezo a indagar sobre la esencia de las cosas". Gladys Ortiz, enfermera, sostuvo: "veo que vivimos en un mundo en donde lo económico juega un papel primordial, y por ello nos volcamos al trabajo y dejamos de lado muchos valores... Creo que la espiritualidad es muy importante, porque eso es lo que hace a la persona... Las frases que subo muchas veces hacen recapacitar sobre algún aspecto de nuestras vidas... conmigo lo hicieron". Pedro Andrés Velázquez, comerciante de Buenos Aires, considera que mucha gente busca respuestas que tengan eco con lo que sienten cotidianamente, con lo que sueñan y con lo que aspiran. "Me parece que las redes sociales están sirviendo en gran medida como un hilo que conecta emociones de unos con otros", agrega. En cuanto a qué lo lleva a postear este tipo de mensajes, dijo: "siento que puedo expresar y compartir con otros parte de la interioridad. Se crea la posibilidad de tener un dialogo más interesante y enriquecedor, y es una oportunidad de transmitir a otros y recibir de otros enseñanzas que nos hagan más visible las cosas prioritarias, que sin dudas son las que me acercan a la felicidad y me ayudan a superar el sufrimiento". Sonia Beatriz Rodríguez, periodista independiente, nacida en Montevideo, vive en Buenos Aires. Ella justifica con claridad y sencillez sus posteos: "cuando podés ver aunque sea un vestigio de luz no podés guardarla para vos sola. Quiero, desde mi humilde lugar, hacer circular este fuego eterno y maravilloso que llevamos todos adentro".
Según Mercedes Pedraza, docente de Monteros, todos los valores se están perdiendo. "Por eso, cuando leo algo que me llega muy adentro, lo publico -puntualiza-. Creo que es importante que la gente entienda que necesita tener un referente espiritual".
Hay muchos ejemplos de estos en esa red social. El mes pasado, un ciudadano israelí (Ronni, de 41 años, diseñador gráfico) subió a Facebook una imagen que decía: "Iraníes, nosotros nunca vamos a bombardear su país. Los amamos". En 24 horas, la imagen se multiplicó en los muros de la red en Israel y al día siguiente, en Irán estaba siendo replicada con leyendas que decían "Israelíes, los amamos".
La experiencia de Ronni confirma la percepción de Kirpatrick. Y permite alimentar la esperanza de que el mundo se convierta en un lugar más habitable y más seguro. Con todo, no es la única manera en la que se expresa en Facebook la tendencia hacia lo espiritual.
En el último año han proliferado los sitios de donde se pueden obtener tarjetas con frases para reflexionar, escritas por personajes célebres como el Mahatma Ghandi, Martin Luther King o Desmond Tutu, por escritores como José Saramago o Mario Benedetti y muchas otras anónimas, que abrevan en corrientes filosóficas o espirituales como la zen, o en religiones como la católica. Los usuarios de la red toman de allí esas tarjetas y las postean en sus muros, compartiéndolas con todos sus amigos.
Esos sitios tienen nombres muy significativos, como "Bosque encantando", "Taller filosófico sociológico", "Vive tu recuerdo aquí", "Vivir a mi manera", "Como quieres que te quiera", "Pasiones y emociones", "Un rinconcito para el alma", "Mujeres que brillan", "La isla de los sentimientos", "Un lugar para soñar".
Para algunos usuarios, las tarjetitas son una molestia porque suenen más a frases hechas que a verdaderas reflexiones de quienes las postean. Pero los que suben estos pensamientos a sus muros tienen otro punto de vista. Sienten que están transmitiendo verdades interiores.
Testimonios
Entre quienes acostumbran postear este tipo de mensajes hay coincidencia en que tratan de rescatar valores. María Eugenia Waldmeyer, abogada y periodista, afirmó: "me parece que, frente a la creciente violencia en el mundo se marcan dos tendencias. Por un lado, el regreso a la espiritualidad (recordemos que antes, como mínimo, desde el rito, había mayor cabida de la trascendencia del espíritu humano, lo cual explica el origen de las religiones y de las disciplinas trascendentes. Por otro, también hay un crecimiento del escepticismo. Ambas vertientes intentan responder a la necesidad del ser humano de explicarse las cosas que pasan. Quizás no sea este el siglo más violento de la historia humana, pero es el primero que se refleja en tiempo real y a nivel universal. Todo confluye casi instantáneamente; entonces, al menos yo, empiezo a indagar sobre la esencia de las cosas". Gladys Ortiz, enfermera, sostuvo: "veo que vivimos en un mundo en donde lo económico juega un papel primordial, y por ello nos volcamos al trabajo y dejamos de lado muchos valores... Creo que la espiritualidad es muy importante, porque eso es lo que hace a la persona... Las frases que subo muchas veces hacen recapacitar sobre algún aspecto de nuestras vidas... conmigo lo hicieron". Pedro Andrés Velázquez, comerciante de Buenos Aires, considera que mucha gente busca respuestas que tengan eco con lo que sienten cotidianamente, con lo que sueñan y con lo que aspiran. "Me parece que las redes sociales están sirviendo en gran medida como un hilo que conecta emociones de unos con otros", agrega. En cuanto a qué lo lleva a postear este tipo de mensajes, dijo: "siento que puedo expresar y compartir con otros parte de la interioridad. Se crea la posibilidad de tener un dialogo más interesante y enriquecedor, y es una oportunidad de transmitir a otros y recibir de otros enseñanzas que nos hagan más visible las cosas prioritarias, que sin dudas son las que me acercan a la felicidad y me ayudan a superar el sufrimiento". Sonia Beatriz Rodríguez, periodista independiente, nacida en Montevideo, vive en Buenos Aires. Ella justifica con claridad y sencillez sus posteos: "cuando podés ver aunque sea un vestigio de luz no podés guardarla para vos sola. Quiero, desde mi humilde lugar, hacer circular este fuego eterno y maravilloso que llevamos todos adentro".
Según Mercedes Pedraza, docente de Monteros, todos los valores se están perdiendo. "Por eso, cuando leo algo que me llega muy adentro, lo publico -puntualiza-. Creo que es importante que la gente entienda que necesita tener un referente espiritual".
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