Por Marcelo Scaglione - Master en Administración Pública de la Esc. Nac. de Administración de Francia - Especial paraLA GACETA
El pueblo de Francia dio su veredicto, en elecciones con un alto nivel de participación (80% sobre casi 45 millones de electores inscriptos). ¿Ganara finalmente en el ballotage François Hollande, el socialista vencedor en la primera vuelta? ¿Nicolas Sarkozy podrá revertir su imagen negativa y alcanzar el triunfo? Para analizar el desenlace de dentro de 15 días comparto siete claves sobre el comportamiento del electorado francés y la dinámica de la campaña electoral.
En primer lugar, estamos en una campaña que no está terminada: el final continúa abierto. La campaña electoral de 2012 no es estructurada por temas: se trata de una campaña zapping. Una de sus especificidades está dada por el pesimismo del francés medio.
Segundo, Hollande figura arriba en las preferencias de las clases populares y de las clases obreras, las mismas que le dieron el triunfo a Sarkozy hace 5 años. En 2007, 26% de la clase obrera votó por Sarkozy; en cambio, en marzo de 2012, solo 14% de los sectores obreros declara su voto por él.
En tercer punto, Sarkozy hace frente a la imagen negativa más alta de la historia para un Presidente en fin de mandato. También ostenta el récord de ser el primer mandatario saliente de la historia de la V República que pierde en la primera vuelta para su reelección.
El 18% de Marine Le Pen, sucesora de su padre en el partido de extrema derecha Frente Nacional, es muy preocupante. Su expresión política realizó la mejor performance de su historia. Se estima que un 30% de sus votantes podría abstenerse en el ballotage. De los que participen, dos tercios sufragaría por Sarkozy y un tercio, por Hollande.
El conjunto de la izquierda llega a la segunda vuelta con un total de votos cercano al 45% (provienen de los partidos Socialista, de Izquierda -obtuvo el 11% de los sufragios-, Verdes, trotskistas y Anticapitalista); es históricamente alto en relación a las últimas Presidenciales de la izquierda.
Sexto: desde 2007, el electorado del Partido Demócrata (de centro-derecha, que salió quinto con el 9% de los votos) de François Bayrou, tiende a correrse cada vez más hacia la izquierda. A partir de las últimas encuestas, se estima que sus votos podrían repartirse en partes iguales para Hollande y para Sarkozy.
Por último, históricamente, nunca hubo una relación de votos izquierda-derecha tan favorable para los primeros como la que existe actualmente. Sobre esta base, para el ballotage, el punto medio de Hollande se ubicaría en alrededor del 54% de los votos.
El 6 de mayo se decide el destino de Francia. Un triunfo de Hollande o de Sarkozy determinará modelos políticos, económicos y de relaciones exteriores completamente distintos para el futuro de este país y también para el futuro de Europa.