"En el local 'Candilejas', ninguna chica se prostituía ni trabajaba en contra de su voluntad"

La visita de ese hombre le cambió la vida. No sólo porque la situación que se generó después permitió que Domingo Pascual Andrada sea detenido y se lo involucrara en la desaparición de María de los Ángeles "Marita" Verón, sino también porque una parte de su vida tuvo que ventilarla ayer ante jueces, fiscales y abogados. Norma M. hoy tiene 38 años. En 2002, Andrada llegó a a su casa en San Cayetano y le preguntó si quería volver al "Candilejas", en La Rioja, donde había trabajado antes. Norma M., no viajó por un par de desencuentros, y luego porque desistió de la propuesta.

Pero el incidente que Andrada protagonizó más tarde con Pablo Medina, pareja de una amiga de Norma M., hizo que su historia llegara a oídos de los policías, que la llevaron hasta una dependencia para que declarara.

La propuesta

"Alguien de mi familia, no recuerdo quién, me dijo que me buscaban. Salgo y estaba este hombre Andrada, a quien no conocía, y me dice que venía del "Candilejas" para buscarme", contó Norma M.. La mujer aceptó la propuesta, pero le informó que recién podía viajar al día siguiente, luego de que realizara unos trámites.

A la mañana, la mujer viajó a Simoca para cobrar un plan social del que era beneficiaria. "Cuando volví, me fui a las 'maquinitas' que están en la plazoleta Dorrego. Me olvidé que tenía que viajar. Supe que Andrada estuvo buscándome", dijo.

Luego de que le leyeran la declaración que había prestado hace 10 años, Norma M. recordó que el ex policía riojano (que está acusado de haber llevado a Marita a La Rioja), volvió a buscarla, pero ella se escondió, ya que había cambiado de opinión.

¿Por qué Andrada la fue a buscar? "Yo trabajé en el boliche Candilejas unas dos o tres veces, durante 2001 y 2002", explicó Norma M. Allí, la mujer fue copera o alternadora. "Empecé a trabajar en un boliche que se llamaba 'El 21', que después lo cerraron. Desde los 21 o 22 años comencé a trabajar en La Rioja", contó.

Copas con los clientes

Norma M. relató que viajaba por períodos de 20 días a un mes. "Era copera. Me acercaba a un cliente y tomaba una copa en su compañía. Al "Candilejas" llegué por mi propia voluntad. Lo conocía de vista y fui a pedir trabajo", explicó.

Dijo que al llegar al local, habló con los encargados y acordó el tiempo durante el que trabajaría. Aunque dijo que no recordaba los nombres de los encargados, sí dijo que había escuchado que la dueña se llamaba "Liliana", aunque nunca la conoció personalmente.

En el "Candilejas", nadie se prostituía, dijo Norma. Tampoco supo de ninguna chica que haya estado por su propia voluntad. "Trabajaba hasta tarde. Empezábamos a la noche, hasta las 7, en la que desayunaba y luego me iba a dormir, hasta las 15 o 16", describió.

En los distintos períodos que trabajó en el "Candilejas", jamás escuchó el nombre de Marita. "Dormía en las habitaciones que tenía el local, al igual que las otras chicas, y casi siempre en una pieza sólo para mí. Siempre me pagaron por mi trabajo. En ese local, ninguna de las chicas estaba privada de la libertad", dijo.