Por Indalecio Francisco Sanchez
17 Abril 2012
Es cierto que YPF repartió más dólares en dividendos que los que invirtió en el país; que Argentina necesita autoabastecerse en materia de hidrocarburos, y que se había advertido a Repsol que debía esforzarse más. Estas son las verdades que enunció CFK para justificar la expropiación de YPF. Lo que no dijo es que la argentinización de la firma responde a otras cuestiones: el Gobierno no tiene fondos para continuar importando hidrocarburos (en 2011 invirtió U$S 9.300 millones para ello); necesita una noticia que borre el Boudougate de los medios; su política energética fue mala y no acompañó el crecimiento del país. Cristina cometió, además, un error grosero. El mundo está hoy más que nunca interconectado en materia comercial y nuestro país corre el riesgo de que lo desenchufen. ¿Quién pondría dinero (invertiría) en una firma (en este caso, en un país) que ante una crisis busca zafar de ella apropiándose de la parte de sus asociados? Y habrá que ponerle el pecho a EEUU y a la Unión Europea, que harán lo que esté a su alcance para mostrarle a Argentina que toda acción tiene su efecto. Arándano, frutilla y citrus son sólo algunos de los productos que podrían dejar de viajar desde Tucumán hacia otros destinos.
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