14 Abril 2012
RISAS. Azucena Márquez (Doña Claudia) y "La mamá Lili", en primera fila. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Anahí la vio con las pupilas dilatadas, con la mirada perdida y con ojeras. Andrea D., recordó que los primeros días, esa chica no sabía desenvolverse con los clientes, se sentaba a dos metros de ellos y no les hablaba. Las dos coinciden en que esa joven era María de los Ángeles "Marita" Verón, y que estaba contra su voluntad en los prostíbulos de La Rioja.
El jueves a la tarde, en el juicio que se sigue contra 13 personas por privación ilegítima de la libertad y promoción de la prostitución de Marita, culminó la declaración de Andrea R., la primera mujer que dijo en las audiencias que habló con la joven tucumana en el burdel "Candy" en septiembre de 2003.
El extenso testimonio, que demandó tres días, es considerado uno de los más importantes de la acusación. Pero no es el único; se espera que otras chicas que afirman haber sido víctimas de trata compliquen a gran parte de los acusados. Esas mujeres, cuentan, estuvieron con Marita.
Extrañaba a su hija
En el primer allanamiento que se realizó en La Rioja, a mediados de 2002, la Policía les preguntó a las chicas que estaban en los prostíbulos si alguna estaba contra su voluntad. Una de las que se animó a contar su situación fue Anahí.
Luego, la chica contó que vio a Marita, que usaba unas zapatillas desgastadas. "Cuando yo fui a hablar con ella me dijo que lloraba porque tenía una nena que la quería y extrañaba mucho, y allí me contó que era de Tucumán", declaró Anahí. Además, agregó que poco antes del allanamiento, en el burdel habían recibido una alerta del procedimiento y se llevaron a varias chicas, entre las que se encontraba la joven tucumana.
Andrea D. es otra muchacha que dice haber visto a Marita. Esta joven estuvo ocho años secuestrada por Irma "Liliana" Medina (según declaró), quien la hacía trabajar de lunes a viernes en su casa como empleada, y los fines de semana la obligaba a ejercer la prostitución.
En junio de 2002, dice que llegó un auto a la casa de Medina, que traía a la joven. "La vieja me presentó a mí, me dijo que ella era Marita. Al día siguiente la mandó a la Marita a la peluquería para teñirse el pelo de rubia y le pusieron pupilets celestes", declaró cuando la rescataron. Andrea R. también recordó que, cuando Medina miraba un programa de televisión, aparecieron los padres de Marita. "La vieja se mataba de risa y decía 'estos boludos la andan buscando y ella está en España'". En los próximos meses, Anahí y Andrea D. viajarán a Tucumán, para contar esta historia en el juicio oral.
El jueves a la tarde, en el juicio que se sigue contra 13 personas por privación ilegítima de la libertad y promoción de la prostitución de Marita, culminó la declaración de Andrea R., la primera mujer que dijo en las audiencias que habló con la joven tucumana en el burdel "Candy" en septiembre de 2003.
El extenso testimonio, que demandó tres días, es considerado uno de los más importantes de la acusación. Pero no es el único; se espera que otras chicas que afirman haber sido víctimas de trata compliquen a gran parte de los acusados. Esas mujeres, cuentan, estuvieron con Marita.
Extrañaba a su hija
En el primer allanamiento que se realizó en La Rioja, a mediados de 2002, la Policía les preguntó a las chicas que estaban en los prostíbulos si alguna estaba contra su voluntad. Una de las que se animó a contar su situación fue Anahí.
Luego, la chica contó que vio a Marita, que usaba unas zapatillas desgastadas. "Cuando yo fui a hablar con ella me dijo que lloraba porque tenía una nena que la quería y extrañaba mucho, y allí me contó que era de Tucumán", declaró Anahí. Además, agregó que poco antes del allanamiento, en el burdel habían recibido una alerta del procedimiento y se llevaron a varias chicas, entre las que se encontraba la joven tucumana.
Andrea D. es otra muchacha que dice haber visto a Marita. Esta joven estuvo ocho años secuestrada por Irma "Liliana" Medina (según declaró), quien la hacía trabajar de lunes a viernes en su casa como empleada, y los fines de semana la obligaba a ejercer la prostitución.
En junio de 2002, dice que llegó un auto a la casa de Medina, que traía a la joven. "La vieja me presentó a mí, me dijo que ella era Marita. Al día siguiente la mandó a la Marita a la peluquería para teñirse el pelo de rubia y le pusieron pupilets celestes", declaró cuando la rescataron. Andrea R. también recordó que, cuando Medina miraba un programa de televisión, aparecieron los padres de Marita. "La vieja se mataba de risa y decía 'estos boludos la andan buscando y ella está en España'". En los próximos meses, Anahí y Andrea D. viajarán a Tucumán, para contar esta historia en el juicio oral.
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