11 Abril 2012
SEGURIDAD Y ANONIMATO. La testigo protegida, Andrea R., es retirada del edificio por una mujer policía. LA GACETA / FOTOS DE JORGE OLMOS SGROSSO
Le propuso un pacto; la primera que lograra escapar de allí, buscaría a la familia de la otra. Andrea R., no sólo aceptó la propuesta de esa joven que le aconsejaba acatar las órdenes de sus captores, sino que cumplió. Apenas fue rescatada en uno de los allanamientos, pidió hablar con Susana Trimarco, la madre de Marita Verón.
Andrea R., comenzó a declarar ayer, cerca del mediodía, en el juicio que se sigue contra 13 personas por privación ilegítima de la libertad y promoción de la prostitución de Marita. Entre los acusados se encuentran las personas a las que la joven porteña señaló como sus captores: Irma "Liliana" Medina,José "Chenga" Gómez y Gonzalo "Chenguita" Gómez. También mencionó a "doña Claudia", como la conocían en los burdeles a María Azucena Márquez, según la acusación. También fue la primera que trajo al debate oral los nombres de Carlos Luna y Paola Gaitán.
Promesas falsas
"Hace 10 años, a mediados de agosto, viajamos con una amiga para conocer Santa Rosa, La Pampa. Estuvimos dos días, conocimos a una chica y nos hizo llevar a La Rioja, donde nos iba a presentar a una amiga de ella", comenzó su relato Andrea R., que en ese entonces tenía 14 años. Esa chica, que le dijo que se llamaba Laura, estaba acompañada por un hombre, Ricardo. Con promesas falsas, Andrea R., y su amiga, Noemí, cayeron en una red de trata de personas, según el testimonio brindado ayer. La joven contó que la llevaron a un local, donde Laura y Ricardo las dejaron solas. Pasaron unos 20 minutos, y cuando se quisieron retirar, un hombre morocho, con una colita en el pelo, las detuvo.
"Se acercó una mujer con el cabello colorado. Nos dijo que habíamos sido vendidas por una madrina. No entendía nada. Le pregunté dónde estaba, por qué estaba ahí, y que era una equivocación porque no tenía la intención de ser vendida", afirmó.
La "colorada" le contestó que debían cumplir una plaza. "No sabía qué era eso. Me quise ir y el hombre de colita me pegó en la nuca. 'Vos de aquí no salís más', me dijo y me presentó a doña Patricia, porque ahí todos se tratan de doña y don", comentó la testigo. Más tarde, llegaron doña "Liliana" y sus hijos, "Chenga" y "Chenguita". La mujer le dijo que debía cumplir las pautas que ellos le indicaban, porque la adolescente era de su propiedad. Le quitaron sus pertenencias, y la encerraron en una habitación.
Una chica con fe
Andrea R., contó que vivió muchas torturas durante el tiempo que estuvo en "Candy". En uno de esos castigos, conoció a Marita. "Estaba en la cocina; fue el día que don Alejandro (el hombre de la colita) me había atado y me pegó un puñete en la cara. Marita se acercó y me preguntó cómo me llamaba y me aflojó las ataduras de las muñecas", relató la joven.
Marita le dijo que obedeciera las órdenes, porque ahí no se "jodía". "Me enseñó un bebé que tenía en brazos y me mostró la espalda, dejando entrever cómo estaba lastimada. Ella me dijo que tenga fe, que ella creía mucho en Dios", contó Andrea R., y estalló en llantos durante la audiencia.
Esa joven le contó que era de Tucumán, y que tenía una hija que se llamaba Sol (la hija de Marita es Sol Micaela Catalán). "Me dijo que íbamos a salir de eso. Que me entendía porque le pasaba lo mismo, ella no era de ahí. Me prometió que la primera que saliera iba a avisar a la familia de la otra. Llegamos a ese común acuerdo", dijo. Luego, "Chenga" se la llevó. Nunca más volvió a hablar con ella. Pero cumplió el acuerdo apenas la liberaron.
Andrea R., comenzó a declarar ayer, cerca del mediodía, en el juicio que se sigue contra 13 personas por privación ilegítima de la libertad y promoción de la prostitución de Marita. Entre los acusados se encuentran las personas a las que la joven porteña señaló como sus captores: Irma "Liliana" Medina,José "Chenga" Gómez y Gonzalo "Chenguita" Gómez. También mencionó a "doña Claudia", como la conocían en los burdeles a María Azucena Márquez, según la acusación. También fue la primera que trajo al debate oral los nombres de Carlos Luna y Paola Gaitán.
Promesas falsas
"Hace 10 años, a mediados de agosto, viajamos con una amiga para conocer Santa Rosa, La Pampa. Estuvimos dos días, conocimos a una chica y nos hizo llevar a La Rioja, donde nos iba a presentar a una amiga de ella", comenzó su relato Andrea R., que en ese entonces tenía 14 años. Esa chica, que le dijo que se llamaba Laura, estaba acompañada por un hombre, Ricardo. Con promesas falsas, Andrea R., y su amiga, Noemí, cayeron en una red de trata de personas, según el testimonio brindado ayer. La joven contó que la llevaron a un local, donde Laura y Ricardo las dejaron solas. Pasaron unos 20 minutos, y cuando se quisieron retirar, un hombre morocho, con una colita en el pelo, las detuvo.
"Se acercó una mujer con el cabello colorado. Nos dijo que habíamos sido vendidas por una madrina. No entendía nada. Le pregunté dónde estaba, por qué estaba ahí, y que era una equivocación porque no tenía la intención de ser vendida", afirmó.
La "colorada" le contestó que debían cumplir una plaza. "No sabía qué era eso. Me quise ir y el hombre de colita me pegó en la nuca. 'Vos de aquí no salís más', me dijo y me presentó a doña Patricia, porque ahí todos se tratan de doña y don", comentó la testigo. Más tarde, llegaron doña "Liliana" y sus hijos, "Chenga" y "Chenguita". La mujer le dijo que debía cumplir las pautas que ellos le indicaban, porque la adolescente era de su propiedad. Le quitaron sus pertenencias, y la encerraron en una habitación.
Una chica con fe
Andrea R., contó que vivió muchas torturas durante el tiempo que estuvo en "Candy". En uno de esos castigos, conoció a Marita. "Estaba en la cocina; fue el día que don Alejandro (el hombre de la colita) me había atado y me pegó un puñete en la cara. Marita se acercó y me preguntó cómo me llamaba y me aflojó las ataduras de las muñecas", relató la joven.
Marita le dijo que obedeciera las órdenes, porque ahí no se "jodía". "Me enseñó un bebé que tenía en brazos y me mostró la espalda, dejando entrever cómo estaba lastimada. Ella me dijo que tenga fe, que ella creía mucho en Dios", contó Andrea R., y estalló en llantos durante la audiencia.
Esa joven le contó que era de Tucumán, y que tenía una hija que se llamaba Sol (la hija de Marita es Sol Micaela Catalán). "Me dijo que íbamos a salir de eso. Que me entendía porque le pasaba lo mismo, ella no era de ahí. Me prometió que la primera que saliera iba a avisar a la familia de la otra. Llegamos a ese común acuerdo", dijo. Luego, "Chenga" se la llevó. Nunca más volvió a hablar con ella. Pero cumplió el acuerdo apenas la liberaron.
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