Una firma que apostó fuerte y logró todo

Una firma que apostó fuerte y logró todo

Ivisa se quedó con el Casino de San Juan tras un proceso similar al de Tucumán

07 Abril 2012
Impresora Internacional de Valores S.A.I. (Ivisa) no es una empresa improvisada en el rubro juegos de azar. En realidad, la firma que lidera el cordobés Darío Rosenzvit lidera el rubro en varias provincias, entre ellas Chubut, San Luis, San Juan, Mendoza y Chaco.

Ivisa SA nació en 1963, inicialmente como impresora de valores para entidades bancarias, aunque luego incursionó en los juegos de azar. Primero, con la impresión de los cartones de lotería y, más tarde, con la venta de los soportes informáticos para juegos como la Quiniela. En Tucumán, de hecho, es proveedora de ese servicio en la Caja Popular de Ahorros. Además, desde 2006 opera unas 200 máquinas electrónicas en el Casino, contrato que vence en 2025 y por las cuales paga un canon fijo mensual, y no en base a las utilidades que cada maquinita genera.

En San Juan, Ivisa pasó por una situación similar a la que vivió en Tucumán, aunque tuvo mejor suerte. En 2008, el oficialismo legislativo local aprobó una ley impulsada por el gobernador José Luis Gioja que entregó en exclusividad, sin licitación y en medio de una fuerte polémica, la concesión del juego provincial a esa empresa por 20 años. Paralelamente, la firma construyó un hotel cinco estrellas llamado "Complejo Del Bono Park Hotel & Casino", a cuyo acto de inauguración asistió el propio Gioja. El Gobierno sanjuanino, además, le dio la concesión -sin ninguna licitación previa pero con beneficios impositivos- del Complejo Bahía de las Tablas, ubicado en el Dique de Ullum.

Si en Tucumán el pase del Casino a manos de Ivisa se frustró por cuestiones laborales relacionadas con el futuro de los 180 empleados que tiene la sala de juegos, en San Juan la empresa halló la solución a ese problema y el traspaso pudo concretarse sin inconvenientes. La ley que tercerizó por 20 años el Casino sanjuanino dispuso que la empresa debía absorber la totalidad del personal, excluyendo a quienes se jubilen, se acojan al Programa de Empleo Público Acordado (PEPA) o no presten su conformidad para ser absorbidos por la concesionaria.

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