EL REFUGIO. Una cabaña a orillas de El Cadillal sirve de solaz al chofer. EL REFUGIO. Una cabaña a orillas de El Cadillal sirve de solaz al chofer.
06 Abril 2012
- LA FAMILIA.- "Mi padre (Ramón Antonio Cejas) era maquinista del ferrocarril Belgrano en Recreo (Catamarca), y mi madre (Ema Rosa Santillán) era maestras de Actividades Prácticas de la escuela de El Arenal. Ambos fueron trasladados a Las Cejas, ahí se conocieron y se casaron. Después llegamos mi hermana Susana del Carmen (52 años, madre de tres hijos) y yo".

- EL AVION.- "Un compañero de otra empresa traía de Buenos Aires un coche nuevo. A la altura de La Ramada sufrió un choque y llamó al dueño para avisarle. Lo atendió y le preguntó si había heridos, y si él no había sufrido alguna consecuencia. El chofer le contó que estaba bien y que no se habían registrado víctimas. Luego el propietario quiso averiguar con quién había chocado. El conductor le dice que contra un avión. El empresario se enojó y llamó al jefe de personal: "atendelo vos, que este está ebrio", le dijo. Así que le volvieron a preguntar contra quién habían chocado. Y el chofer le explicó que era contra un avión de fumigación que había aterrizado de emergencia en la ruta".

- LA SOÑADA.- "Mi mayor solaz es la cabaña La Soñada, que con mucho sacrificio construí en El Cadillal. Cuando descanso suelo ir a disfrutar del paisaje, la familia y a veces con amigos. Allí también escribo y compongo. Mis nietos Fabrizio (8 años) y Tomás (4) se maravillan en ese lugar del dique".

- SIN COMENTARIOS.- "En una de mis frecuencias a Mendoza una mujer se despedía de sus hijos y de su marido con lágrimas en los ojos. A poco de salir de la Terminal un auto se colocó adelante de nuestro coche. Cuando estábamos en la ruta la mujer nos solicitó que parásemos, porque debía bajar. Un caballero elegante la esperaba en ese auto, al que ella subió sonriente y respirando con alivio. Previamente nos había entregado el boleto, que por entonces no era nominal, para que volviéramos a venderlo. Tal vez pensó que esa era el precio de nuestro silencio".

- INVENTARIO.- "Con mi compañera y esposa de toda la vida somos padres de dos hijos: Fabián Oscar (31 años) y Romina (28). También fui jefe de compras de una citrícola, vendedor y empleado durante 10 años de una papelera".

Comentarios