01 Abril 2012
Después de más de 12 años cautivos por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), diez policías y militares colombianos deben ser liberados entre el lunes y el miércoles por esa guerrilla, que asegura son los últimos rehenes uniformados en su poder y anunció hace pocas semanas que renuncia a nuevos secuestros de civiles. Sin embargo, la Policía colombiana afirmó que siguen faltando dos de sus agentes raptados y se desconoce cuántos civiles aún tiene en su poder.
Las FARC, el principal grupo rebelde del país, de ideología comunista, llegó a tener a casi 500 uniformados en cautiverio durante los últimos diálogos de paz, que fracasaron hace una década. La entrega se realizará a la ex senadora colombiana, Piedad Córdoba, de forma unilateral, como ya han hecho con otros 20 rehenes políticos y militares desde 2008.
Hoy, dos helicópteros de la Fuerza Aérea brasileña deben llegar al aeropuerto de Villavicencio (unos 110 km al sur de Bogotá), que servirá de plataforma de partida para las operaciones de liberación, durante las cuales las acciones militares estarán suspendidas en la zona. Se espera que también llegue un grupo de mujeres extranjeras que han colaborado en la mediación, como la Nobel de la Paz guatemalteca, Rigoberta Menchú.
Esta cuarta intervención de Córdoba, del Comité Internacional de la Cruz Roja y del Gobierno brasileño (en apoyo logístico) le ofrece algo de confianza a los familiares de los rehenes. "Tengo mucha alegría pero a la vez nervios tremendos y angustia. Ojalá que las FARC cumplan. Siempre tuvimos miedo a un rescate a sangre y fuego, porque en esa situación los guerrilleros tienen orden de disparar a los secuestrados", dijo Virginia Franco, madre del sargento del Ejército Alfonso Beltrán, uno de los diez que se espera sean liberados.
El director de la Corporación Nuevo Arcoiris, León Valencia, especialista en el conflicto armado, destacó que la expresión más clara de la voluntad de la guerrilla de abandonar el secuestro es mantener en pie estas liberaciones después de la ofensiva militar del pasado lunes, cuando murieron 36 guerrilleros. El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, subrayó que su Gobierno continuará combatiendo a las FARC hasta que compruebe gestos de paz.
Las FARC, el principal grupo rebelde del país, de ideología comunista, llegó a tener a casi 500 uniformados en cautiverio durante los últimos diálogos de paz, que fracasaron hace una década. La entrega se realizará a la ex senadora colombiana, Piedad Córdoba, de forma unilateral, como ya han hecho con otros 20 rehenes políticos y militares desde 2008.
Hoy, dos helicópteros de la Fuerza Aérea brasileña deben llegar al aeropuerto de Villavicencio (unos 110 km al sur de Bogotá), que servirá de plataforma de partida para las operaciones de liberación, durante las cuales las acciones militares estarán suspendidas en la zona. Se espera que también llegue un grupo de mujeres extranjeras que han colaborado en la mediación, como la Nobel de la Paz guatemalteca, Rigoberta Menchú.
Esta cuarta intervención de Córdoba, del Comité Internacional de la Cruz Roja y del Gobierno brasileño (en apoyo logístico) le ofrece algo de confianza a los familiares de los rehenes. "Tengo mucha alegría pero a la vez nervios tremendos y angustia. Ojalá que las FARC cumplan. Siempre tuvimos miedo a un rescate a sangre y fuego, porque en esa situación los guerrilleros tienen orden de disparar a los secuestrados", dijo Virginia Franco, madre del sargento del Ejército Alfonso Beltrán, uno de los diez que se espera sean liberados.
El director de la Corporación Nuevo Arcoiris, León Valencia, especialista en el conflicto armado, destacó que la expresión más clara de la voluntad de la guerrilla de abandonar el secuestro es mantener en pie estas liberaciones después de la ofensiva militar del pasado lunes, cuando murieron 36 guerrilleros. El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, subrayó que su Gobierno continuará combatiendo a las FARC hasta que compruebe gestos de paz.
NOTICIAS RELACIONADAS
Lo más popular
