Por Nicolás Iriarte
26 Marzo 2012
En este deporte, los modales futbolísticos están de más. Empieza el partido y si en el área rival hay una sola silla, no hay dudas por tener: hay que sentarse con el gol a cuestas sin preguntarle a nadie. No importa si sos el anfitrión: la visita debe sentirse lo más incómoda posible. Y eso es lo que Atlético recuperó ayer: la mala educación para con el rival de turno. Con eso le bastó para quebrar a Brown (IC) por 1-0. Con eso y un golazo.
Desde el comienzo se vio algo del equipo de 2011, que sofocaba a sus víctimas de entrada. La presión no era titular en el "decano" desde el año pasado y ayer volvió a ponerse la celeste y blanca. En las salidas del equipo de Blas Giunta, siempre había un hombre de Juan Manuel Llop. Las posibilidades de recuperar el balón y lastimar crecían considerable y lógicamente.
Eso mismo había perdido en los primeros partidos de 2012 y sobre todo de local. Desde octubre del año pasado que Atlético no hacía un gol en el arco de la Chile. Pero no es un dato menor. El equipo de "Chocho" siempre comienza los partidos atacando a ese extremo, es decir que no convertía en un primer tiempo, jugando en el Monumental, desde ese momento. Específicamente en la fecha 12 ante Huracán. El gol de César Montiglio fue el último en los primeros 45' y también fue desde afuera. Daniel Salvatierra tomó las cosas donde las dejó "Monti" y hasta lo hizo mejor: recibió el balón y remató sin vergüenza. ¡Y lo bien que hizo! Se clavó en el ángulo después de recorrer 35 metros para que se rompa el maleficio. Atlético había primereado a su invitado y le faltó el respeto como se debe: con la pelota. Gran parte de los "insultos" futbolísticos los ejecutó Diego Barrado que volvió a ser el que todos conocieron. Volvió a pararse erguido con la pelota en los pies y de frente al arco, algo que el equipo necesitaba y mucho.
El resto del encuentro no mostró una luminaria "decana" pero la fórmula de presión más efectividad fue la que dejó al equipo sexto en 2011 y algo de eso se vio ayer. Habrá que repetirlo ante todos sin pedir permiso, perdón ni gracias.
Desde el comienzo se vio algo del equipo de 2011, que sofocaba a sus víctimas de entrada. La presión no era titular en el "decano" desde el año pasado y ayer volvió a ponerse la celeste y blanca. En las salidas del equipo de Blas Giunta, siempre había un hombre de Juan Manuel Llop. Las posibilidades de recuperar el balón y lastimar crecían considerable y lógicamente.
Eso mismo había perdido en los primeros partidos de 2012 y sobre todo de local. Desde octubre del año pasado que Atlético no hacía un gol en el arco de la Chile. Pero no es un dato menor. El equipo de "Chocho" siempre comienza los partidos atacando a ese extremo, es decir que no convertía en un primer tiempo, jugando en el Monumental, desde ese momento. Específicamente en la fecha 12 ante Huracán. El gol de César Montiglio fue el último en los primeros 45' y también fue desde afuera. Daniel Salvatierra tomó las cosas donde las dejó "Monti" y hasta lo hizo mejor: recibió el balón y remató sin vergüenza. ¡Y lo bien que hizo! Se clavó en el ángulo después de recorrer 35 metros para que se rompa el maleficio. Atlético había primereado a su invitado y le faltó el respeto como se debe: con la pelota. Gran parte de los "insultos" futbolísticos los ejecutó Diego Barrado que volvió a ser el que todos conocieron. Volvió a pararse erguido con la pelota en los pies y de frente al arco, algo que el equipo necesitaba y mucho.
El resto del encuentro no mostró una luminaria "decana" pero la fórmula de presión más efectividad fue la que dejó al equipo sexto en 2011 y algo de eso se vio ayer. Habrá que repetirlo ante todos sin pedir permiso, perdón ni gracias.