El ex senador peronista Damián Marquez ya no es un desaparecido, sino un hombre asesinado durante la última dictadura militar. El ex legislador Daniel Márquez, uno de sus hijos, le confirmó esta mañana a LA GACETA que desde el Equipo Argentino de Antropología Forense le indicaron que muestras óseas halladas en el ex Arsenal Miguel de Azcuénaga coinciden con el perfil genético de él y de sus hermanos: Jorge, Sandra y Damián. La información fue confirmada, luego, por fuentes judiciales.
El Centgro de Informaicón Judicial (CIJ), detalló luego que además de los restos de Márquez, fueron indetificados los de Pedro Guillermo Corroto Barraza y José Máximo Tapia, ambos de Monteros, que también estuvieron en cautiverio en ese lugar durante la dictadura.
Se trata de las primeras identificaciones concretadas tras el descubrimiento de 15 cuerpos en una de las fosas comunes de los Arsenales. Ese hecho se hizo público el 14 de diciembre, cuando la Justicia Federal comunicó oficialmente sobre el hallazgo.
Los Márquez se presentaron esta mañana en el Juzgado Federal Nº 1, a cargo de Daniel Bejas, en donde les dieron la comunicación oficial. Su padre fue secuestrado por un "grupo de tareas" la noche del 13 de enero de 1977. También esta mañana se comunicó que entre los cuerpos exhumados en diciembre de 2011 fueron identificados los restos óseos de dos militantes políticos de la Juventud Peronista de Monteros: Pedro Corroto Barraza y José Tapia.
Los detalles del horror
La investigación para la localización de fosas comunes en el ex Arsenal se había tramitado desde su inicio, en 2005, ante el Juzgado Federal Nº 2. Luego, en septiembre del año pasado, fue atraída por la megacausa penal donde se investigan los delitos en el ámbito del centro de detención que funcionó en el ex Arsenal, radicada en el Juzgado Nº 1.
A fines de marzo de 2011 se había detectado la primera remoción de tierra, y en esa ocasión se descubrieron restos, algunos de ellos parcialmente quemados. Junto con los huesos, se hallaron proyectiles de armas de fuego, restos de ropa y de calzados. También se detalló que algunos de los esqueletos tenían las manos atadas y que había neumáticos que se habrían utilizado para iniciar el fuego. Según la hipótesis preliminar, se estima que primero se produjo la quema de cuerpos, después la remoción de la fosa mediante el uso de la máquina y, finalmente, el relleno.
Los trabajos en el predio están a cargo del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), con la colaboración del Grupo Interdisciplinario de Arqueología y Antropología de Tucumán. LA GACETA ©