08 Marzo 2012
Resulta un lugar común catalogar al ídolo como un amor imposible. Sin embargo, a Teresa Sylveira la mueven fuerzas más poderosas que un simple fanatismo. Nacida en las entrañas de Tafí Viejo, el mar era sólo una postal de tres letras para ella. Hasta que conoció a Joan Manuel Serrat. A viva voz y con la poesía exquisita de "Mediterráneo", desde la profundidad de un disco para siempre añorado, el catalán la convenció de que debía mojar sus pies en el océano. Para sentir lo que él y unírsele por medio de esa coincidencia anacrónica. Y entonces Teresa lo decidió: gastó el dinero que no tenía y viajó a la costa más cercana. "Si conozco el mar es por él, por la conmoción que me producía ese tema. Y cuando por fin lo vi, era tal como él lo había dictado y yo lo imaginaba", recrea. No ha sido ese el único periplo que "Nano" le inspiró. Enamorada de él desde hace décadas, Teresa estuvo presente en todo los recitales que dio Serrat en el país. Siempre, como ayer, en primera fila.
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