El Concejo fue un nido vacío: nunca llegaron los pájaros

La cita era a las 11. El lugar, la sala de sesiones del Honorable Concejo Deliberante. Minutos antes los habitantes naturales del lugar, los concejales, habían comenzado a llegar. Los hombres de prensa intercambiaban saludos, lejos del calor y la humedad exterior. Y dieron las 11, como en una estrofa de un clásico de Sabina, y la sala se habilitó para los periodistas. Ingresamos. Las plaquetas para los homenajeados esperaban a sus dueños en sendos atriles.

¿El motivo? Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina iban a ser declarados Visitantes Ilustres -"por su aporte a la cultura hispanoamericana"- por los ediles capitalinos. Pero los rumores arreciaban. Nerviosismo. Fotógrafos que alistaban sus máquinas y los camarógrafos buscaban dónde instalarse.

Los minutos pasaban. A las puertas de la sala crecía el número de mujeres que ansiaban obtener la foto con los ídolos. A las 11.30 las fans ya formaban un scrum que empujaba para ingresar. "Ya llegan", corría de boca en boca. Así que decidieron "dar sala", como en el teatro, y las mujeres rápidamente cubrieron los asientos.

Ellas, como todos, pensaban que podía ser un buen día. Pero a las 12.15 se hizo silencio. Un miembro del staff del HCD se dirigió al micrófono:

"por pedido del Sr. Presidente del Concejo se informa que por una indisposición del Sr. Sabina no se hará el acto programado". Decepción y caras largas en la salida.