Por Miguel Velardez
14 Febrero 2012
La "Dama de Hierro" de la remisería "Cinco Estrellas" se sentará hoy en el banquillo de los acusados. María Jesús Rivero sorprenderá a más de uno, cuando diga que está dispuesta a declarar ante el tribunal. Detrás de ella, "cuidándole las espaldas", se sentará Cergio Morfil, un abogado histórico en las peripecias de la familia Ale por los estrados judiciales de Tucumán.
En la víspera comenzaron a moverse las piezas del tablero para entrar de lleno en la etapa clave: las indagatorias a los imputados y las declaraciones de los testigos. Nadie quiere dejar ningún cabo suelto. Morfil, un abogado de confianza de los Ale, conoce cada letra del expediente de la causa. El letrado le recomendó a "La Jesús", tal como solían llamarle algunos choferes de su empresa, que se instale sin titubear frente al tribunal. Lo mismo hará su hermano, Víctor Ángel Rivero. El juicio oral llega hoy a una instancia en la que ninguna decisión es casual. El cambio de abogado defensor (entra Morfil, sale Molina) obedece a que los hermanos Rivero saben que la pelea judicial, de aquí al final del proceso, será a todo o nada.
Morfil y el resto de los abogados defensores de los demás imputados buscarán actuar en bloque para fijar postura al momento de tomar decisiones trascendentes del juicio como planteos jurídicos, interrogatorios, presentaciones, entre otras actuaciones. En ese marco, es factible que el abogado Jorge Cáceres (un cordobés radicado en La Rioja), que defiende a José "Chenga" Gómez, comience a tomar mayor protagonismo junto al letrado tucumano Roberto Flores. Ambos tienen una marcada experiencia en procesos orales complejos y hacen gala de un lenguaje directo, claro y contundente cada vez que deben exponer frente al tribunal, que preside Alberto Piedrabuena.
Negaciones y espera
La ex pareja de Rubén "La Chancha" Ale intentará desestimar las acusaciones que la señalan como la mujer que dio la orden de secuestrar a Marita Verón, en aquel 3 de abril de 2002, cuando se perdió su rastro. Su hermano, Víctor Ángel Rivero negará que haya subido a Marita a un automóvil Fiat Duna, luego de golpearla con una pistola en la cabeza, por expreso pedido de su hermana.
Mientras tanto, Susana Trimarco estará aguardando en una sala contigua al recinto donde se desarrollan las audiencias del juicio oral y público. Como siempre llevará su inseparable medalla de San Benito, colgada en el pecho, como un amuleto de protección. Ella no sale de la casa sin esa insignia en la que deposita toda su fe. En su carácter de testigo, la madre de Marita espera poder sentarse frente al tribunal para contar hasta el mínimo detalle de aquellos tiempos en que llegó a vestirse de prostituta para buscar una pista, algún rastro de su hija. Casi una década esperó Susana Trimarco por este día, por este momento en que pueda ver a los ojos a los imputados para enrostrarles su verdad.
"Tengo el corazón hecho un misil, y voy a pelear por encontrar a Marita", dijo Trimarco a los cuatro vientos, el miércoles pasado, cuando marchaba rumbo a tribunales acompañada por la monja Berta Povalej, antes de que se abriera la primera jornada del juicio. Sin embargo, es probable que hoy la presidenta de la fundación María de los Ángeles se quede sin tiempo para ser llamada a declarar. El horario de las audiencias se fijó de 8 a 14, pero María Jesús Rivero intentará extender su testimonio lo más que pueda para dejar plantada a Trimarco. Cada una de las partes usará las herramientas que tenga a su alcance a fin de sacar provecho.
En la víspera comenzaron a moverse las piezas del tablero para entrar de lleno en la etapa clave: las indagatorias a los imputados y las declaraciones de los testigos. Nadie quiere dejar ningún cabo suelto. Morfil, un abogado de confianza de los Ale, conoce cada letra del expediente de la causa. El letrado le recomendó a "La Jesús", tal como solían llamarle algunos choferes de su empresa, que se instale sin titubear frente al tribunal. Lo mismo hará su hermano, Víctor Ángel Rivero. El juicio oral llega hoy a una instancia en la que ninguna decisión es casual. El cambio de abogado defensor (entra Morfil, sale Molina) obedece a que los hermanos Rivero saben que la pelea judicial, de aquí al final del proceso, será a todo o nada.
Morfil y el resto de los abogados defensores de los demás imputados buscarán actuar en bloque para fijar postura al momento de tomar decisiones trascendentes del juicio como planteos jurídicos, interrogatorios, presentaciones, entre otras actuaciones. En ese marco, es factible que el abogado Jorge Cáceres (un cordobés radicado en La Rioja), que defiende a José "Chenga" Gómez, comience a tomar mayor protagonismo junto al letrado tucumano Roberto Flores. Ambos tienen una marcada experiencia en procesos orales complejos y hacen gala de un lenguaje directo, claro y contundente cada vez que deben exponer frente al tribunal, que preside Alberto Piedrabuena.
Negaciones y espera
La ex pareja de Rubén "La Chancha" Ale intentará desestimar las acusaciones que la señalan como la mujer que dio la orden de secuestrar a Marita Verón, en aquel 3 de abril de 2002, cuando se perdió su rastro. Su hermano, Víctor Ángel Rivero negará que haya subido a Marita a un automóvil Fiat Duna, luego de golpearla con una pistola en la cabeza, por expreso pedido de su hermana.
Mientras tanto, Susana Trimarco estará aguardando en una sala contigua al recinto donde se desarrollan las audiencias del juicio oral y público. Como siempre llevará su inseparable medalla de San Benito, colgada en el pecho, como un amuleto de protección. Ella no sale de la casa sin esa insignia en la que deposita toda su fe. En su carácter de testigo, la madre de Marita espera poder sentarse frente al tribunal para contar hasta el mínimo detalle de aquellos tiempos en que llegó a vestirse de prostituta para buscar una pista, algún rastro de su hija. Casi una década esperó Susana Trimarco por este día, por este momento en que pueda ver a los ojos a los imputados para enrostrarles su verdad.
"Tengo el corazón hecho un misil, y voy a pelear por encontrar a Marita", dijo Trimarco a los cuatro vientos, el miércoles pasado, cuando marchaba rumbo a tribunales acompañada por la monja Berta Povalej, antes de que se abriera la primera jornada del juicio. Sin embargo, es probable que hoy la presidenta de la fundación María de los Ángeles se quede sin tiempo para ser llamada a declarar. El horario de las audiencias se fijó de 8 a 14, pero María Jesús Rivero intentará extender su testimonio lo más que pueda para dejar plantada a Trimarco. Cada una de las partes usará las herramientas que tenga a su alcance a fin de sacar provecho.
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