11 Febrero 2012
Las emociones están a flor de piel. Los ahorros impuestos generan enojo y desazón. Muchos se sienten humillados y tratados injustamente por los controlares financieros internacionales y en especial por el gran donante, Alemania. Los alemanes que viven desde hace tiempo en Grecia notan que los sentimientos hacia el "sabelotodo" Berlín están empeorando. "Todo lo saben mejor. Y cuando el otro está caído, lo pisotean", apuntó un vendedor de verduras.
Los diarios retoman los titulares de la prensa alemana, sobre todos los de la amarilla. En los últimos días divulgaron ejemplos en los que "los griegos" de forma colectiva y no sus políticos son responsabilizados por la debacle con la deuda y son tildados de "vagos". Un grupo de jóvenes reunidos en un bar comentaba las generalizaciones que se escuchan de ambos lados: "No está en el ADN de los griegos ser vagos así como no está en el ADN de los alemanes ser nazis".
Las consignas antialemanas y las comparaciones con los nazis van en aumento en Grecia. El pequeño diario sensacionalista "Dimokratia" publicó una foto de la canciller Angela Merkel en uniforme nazi y la acompañó con el título "El memorándum (declaración de intenciones para el programa de ahorro) libera", en un juego de palabras con la inscripción que se leía en los portales de la mayoría de los campos de concentración nazis: "el trabajo hace libre".
Hace poco, manifestantes incendiaron frente al Parlamento griego una bandera alemana. Diplomáticos de los dos lados intentaban en Atenas equilibrar la balanza. Para los extremistas, tanto de izquierda como de derecha, la situación es tierra fértil para sus objetivos. De ambos lados se afirma que aún la mayoría no habla mal del otro. El tema es que el acento está en el "aún".
Los dirigentes políticos de los dos países deberían desactivar pronto esta situación con visitas y declaraciones una vez que la situación financiera lo permita, según opinan muchos expertos. Los diplomáticos creen que son necesarias una visita de alto nivel en Atenas y palabras claras hacia el pueblo griego cuando se haya implementado el programa de ahorro. Los griegos necesitan un destello de esperanza. Sobre todo, deben llegar de una vez las inversiones. Los más preocupados son los que trabajan en turismo. Las comparaciones con los nazis ahuyentan a los turistas alemanes. "Para nosotros, ese tipo de declaraciones son veneno", explica Aililios Santis, dueño de una pensión en el barrio ateniense de Mati.
Los diarios retoman los titulares de la prensa alemana, sobre todos los de la amarilla. En los últimos días divulgaron ejemplos en los que "los griegos" de forma colectiva y no sus políticos son responsabilizados por la debacle con la deuda y son tildados de "vagos". Un grupo de jóvenes reunidos en un bar comentaba las generalizaciones que se escuchan de ambos lados: "No está en el ADN de los griegos ser vagos así como no está en el ADN de los alemanes ser nazis".
Las consignas antialemanas y las comparaciones con los nazis van en aumento en Grecia. El pequeño diario sensacionalista "Dimokratia" publicó una foto de la canciller Angela Merkel en uniforme nazi y la acompañó con el título "El memorándum (declaración de intenciones para el programa de ahorro) libera", en un juego de palabras con la inscripción que se leía en los portales de la mayoría de los campos de concentración nazis: "el trabajo hace libre".
Hace poco, manifestantes incendiaron frente al Parlamento griego una bandera alemana. Diplomáticos de los dos lados intentaban en Atenas equilibrar la balanza. Para los extremistas, tanto de izquierda como de derecha, la situación es tierra fértil para sus objetivos. De ambos lados se afirma que aún la mayoría no habla mal del otro. El tema es que el acento está en el "aún".
Los dirigentes políticos de los dos países deberían desactivar pronto esta situación con visitas y declaraciones una vez que la situación financiera lo permita, según opinan muchos expertos. Los diplomáticos creen que son necesarias una visita de alto nivel en Atenas y palabras claras hacia el pueblo griego cuando se haya implementado el programa de ahorro. Los griegos necesitan un destello de esperanza. Sobre todo, deben llegar de una vez las inversiones. Los más preocupados son los que trabajan en turismo. Las comparaciones con los nazis ahuyentan a los turistas alemanes. "Para nosotros, ese tipo de declaraciones son veneno", explica Aililios Santis, dueño de una pensión en el barrio ateniense de Mati.
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