Grafología: ¿sabés todo lo que tu letra dice de vos?

Todo lo que escribimos, cualquiera sea el soporte, el lugar y el momento, tiene su correlato en nuestra personalidad. La firma revela el universo interior de la persona y los textos que escribimos dan un indicio de cómo nos movemos en el mundo y el modo en que nos relacionamos con los demás. Los grafólogos Claudia Gentile y Juan Manuel Alderete te cuentan qué se puede saber de una persona con sólo observar un documento escrito.

Claudia Gentile, que es grafóloga y psicóloga, asegura: "no concibo ambas disciplinas separadas porque considero que en la gráfica uno puede obtener tantos elementos de la personalidad del paciente que si no tiene herramientas de la psicología para comunicárselo, puede ser muy perjudicial para la salud". Según la especialista, en el cuerpo de la letra se ve cómo la persona interactúa con el medio. "La personalidad se ve en la firma pero el modo de plantarse en el mundo se ve en el cuerpo textual. En la firma ves los potenciales de alguien, sus proyectos de vida", sentencia.

Desde chicos

En la década de 1980, en los colegios primarios se enseñaba a escribir con letra de imprenta (comúnmente llamada letra de molde). A esa metodología de enseñanza las maestras la utilizaban por una cuestión operativa pero eso, a la larga, prefigura a la persona a comportarse de una determinada manera. "Es lo mismo que coartarle la espontaneidad de un chico en la parte afectiva porque en lugar de enlazar las letras (como en la escritura de carta) se usa líneas rectas, masculinas, lo que lleva muchas veces a que el pibe crezca con problemas de conducta o de adaptación", asegura Gentile.

Durante la adolescencia, también se puede observar la evolución de la personalidad por medio de la escritura. En la secundaria los chicos están expuestos a todo un cambio hormonal dinámico que se ve en la letra caótica.

"Esos chicos que fueron obligados a adaptarse a un molde, a una letra y una forma de escribir estipulada, hoy, ya adultos sufren de una clara inmadurez emocional. Esto no implica que necesariamente les vaya mal en el trabajo y en la vida profesional pero sí en el mundo afectivo e íntimo, porque no pueden ser espontáneos, fluidos, no pueden conectar con los demás. Ahí, en la terapia que se hace se trata de volver a encauzar la libertad emocional con la libertad escritural", indica Gentile. Y agrega: "yo siempre digo que usar letra de imprenta es como usar corbata, que en inglés es ?tie? y significa nudo, eso es necesario cambiar".

Gentile, que en sus terapias implementa la grafología, explica que al principio (los pacientes) dicen que no se acuerdan cómo escribir en cursiva (o letra de carta), y comienzan haciendo cualquier cosa, pero después esa letra caótica va cobrando un carácter personal que le permite al paciente cambiar aspectos de su vida privada.

Escribir sin papel

Las nuevas tecnologías no parecen traer problemas a la hora de analizar la grafología de una persona. "Siempre se puede saber la personalidad de alguien aun escribiendo en una computadora o en la pantalla de un celular, porque hay códigos estipulados. Las mayúsculas, por ejemplo indican que la persona está gritando, los posteos con poco sentido o sin puntuación denotan signos de sensibilidad emocional o histeria", asegura la especialista. La hoja de papel, se traslada a las pantallas, pero el cambio del soporte no altera el análisis y hasta en los posteos de Facebook es posible obtener rasgos de una personalidad.

De todas formas, tanto Gentile como Alderete, recomiendan no perder el hábito de escribir en una hoja, ya que puede servirnos para canalizar nuestros más profundos conflictos.

Grafoterapia

La combinación de la grafología con la psicología, dan como resultado esta técnica terapéutica diseñada para poder cambiar todo aquello que nos condiciona y nos impide el desarrollo personal pleno en nuestra vida.

"Hay personas que se generan sus propios problemas, como por ejemplo los estudiantes crónicos, que nunca pueden avanzar en sus carreras porque están estancados por algún motivo. En esos casos un ejemplo de cómo actuaría la grafoterapia, es haciendo que el estudiante cambie la firma (si es una rúbrica pase a ser una caligráfica) para que vaya saliendo de ese conflicto", explica Alderete.

"No puedo obligar a una persona tímida que tiene una letra pequeña y muy inclinada hacia la izquierda, que cambie la forma de escribir: lo que hace esta terapia es explicarle al paciente qué significa su letra y mostrarle, de a poco, otras alternativas que le ayudarán a avanzar en su vida", asegura Gentile.