La suerte de las mujeres también se juega en la gestión de Cristina

La suerte de las mujeres también se juega en la gestión de Cristina

La creadora del Consejo Nacional de la Mujer elogia el papel del Cupo Femenino.

29 Enero 2012
Virginia Franganillo postula que los estudios sistemáticos sobre problemáticas sociales tienen que ser valorados, sobre todo si refieren a la situación de los derecho de género.

"¿Imagínese si comparásemos la encuesta que encaramos en 1991, desde el Consejo Nacional de la Mujer, con la Argentina de hoy, que tiene planes para fomentar la igualdad de derechos y legitimar el rol de la mujer en la agenda pública, y Presidenta de la Nación, gobernadoras, intendentas y parlamentarias mujeres?", contrasta, en diálogo con LA GACETA.

La socióloga, creadora del Consejo Nacional de la Mujer, y al cual presidió entre 1990 y 1995, es una de las más señeras impulsoras de la Ley de Cupo Femenino en la Argentina. "Cuando dicutíamos esa norma, el Ministerio del Interior de la Nación encaró una encuesta, con nuestro asesoramiento. El 40% de los encuestados decía no conocer mujeres políticas. Y entre las pocas que eran conocidas resaltaban las de la UCD, que poco y nada tenían que ver con la militancia de las mujeres de los partidos populares, como el radicalismo y el peronismo. Me acuerdo que entre las mujeres de la UCR y del PJ, la más conocida era Florentina Gómez Miranda (UCR, 1912 - 2011). Y con un porcentaje muy bajo", puntualizó.

El escenario
Franganillo, quien asesoró en el dictado de la Ley Nacional contra la Violencia de Género, puntualiza que la Ley de Cupo Femenino, precisamente, tendrá un impacto sobresaliente en la realidad del país. "Lo que hoy es natural, es decir, tener mujeres ocupando cargos en la cabeza de los tres poderes del Estado, es producto de una ley y no del juego de la democracia ni de la dinámica de los partidos políticos. Es más: muchos no lo recuerdan, pero cuando la norma fue sancionado, monitoreamos su aplicación desde el Consejo Nacional de la Mujer y tuvimos que encarar acciones legales, acompañadas por partidos como la UCR, para que se le diera cumplimiento. Algunas causas, inclusive, llegaron hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos", rememora.

El escenario que ha comenzado a gestarse desde hace dos décadas en el país, con la entrada en vigencia de las cuotas de género, ha producido un gran cambios en el imaginario de las mujeres, según entiende la ex directora de la Mujer de la ciudad de Buenos Aires. "Hoy a las niñas les preguntan que quieren ser y dicen ?Presidenta?. Aún no hay una idea del profundo cambio que eso significa, pero estamos a caballo de ese profundo cambio", sostiene.

Justamente, relata el caso de una maestra de Wilde, en el Gran Buenos Aires, que en su primer día frente al aula le preguntó a sus alumnos de la primaria qué querían ser cuando fuesen adultos. "Sólo le contestaron dos. Uno le dijo que quería ser ?chorro?. El otro, policía. Hoy contestan las chicas y dicen que quieren ser presidentas. Esa elevación de expectativas es tremendamente estimulador para las chicas", subrayó.

Las discriminadas
"Aún queda mucho por hacer, y sobre todo en materia de investigación. Lo que sí sabemos es que es muy bueno. El país está viviendo una etapa extraordinaria. Son muy pocas las naciones que tienen presidentas, que además de ocupar el cargo gobiernan de manera efectiva y son líderes que conducen realmente el país. Y con las niñas que quieren ser presidentas vemos el cambio en el imaginario social, que se produce en todos los estratos sociales. Hay un empoderamiento de la mujer y hay nuevos y diversos caminos como ocupar la máxima magistratura", reitera.

Franganillo también reconoce que la Argentina se caracteriza por una alta politización de las mujeres. "Lo que había que pormover aquí no era la participación de la mujer sino su acceso a efectivos lugares de representación. Cuando Cristina Fernández dice que de acuerdo a cómo le vaya como Presidenta se juega la suerte de las mujeres, es un poco así", reconoce.

"Es muy interesante pensar e investigar estos cambios en en las chicas y en los chicos. Porque los cambios de los imaginarios y de las expectativas sociales son promotores de nuevas oportunidades para ellas y también para ellos. Porque esto es un orden social que jerarquiza y da oportunidades -define la especialista-. Se abren caminos impensados y más amplios. Especialmente para nosotras, que somos las discriminadas".

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