29 Enero 2012
Por qué las niñas sueñan con ser Presidentas
Un estudio realizado por economistas de una universidad norteamericana en la India demuestra, cuantitativamente, que en las regiones donde las mujeres acceden a cargos políticos de poder real se produe un aumento de las expectativas y de las posibilidades de las adolescentes. Dos especialistas argentinas entrevistadas por LA GACETA analizan el caso argentino
LA SORPRESA. Franganillo reconoce que el feminismo nunca soñó con dos mujeres (Cristina Fernández y Dilma Roussef) conduciendo la Argentina y Brasil. DYN
La anécdota de Viviana Franganillo, fundadora del Consejo Nacional de la Mujer, involucra a su hijo, Cipriano, de siete años, y su comentario cuando los comicios nacionales de octubre, en los que Cristina Fernández fue reelecta presidenta de los argentinos. "Mamá, las nenas en el colegio... todas quieren ser Presidentas".
Esa situación que la especialista en temas de género y políticas públicas le cuenta a LA GACETA, en una pausa de la entrevista que se publica en esta página, y que con variantes ha acontecido en infinidad de hogares y de escuelas tucumanas, acaba de ser mensurada, estudiada y analizada en la India, por una especialista de una universidad norteamericana. La síntesis, según consigna tendencias21.com: el hecho de que las mujeres tengan puestos políticos importantes influye de manera positiva en las vidas de las mujeres jóvenes.
En concreto, se trata de un estudio realizado por economistas del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), en el que fueron analizadas 495 poblaciones de la India. En esas localidades, la existencia de mujeres gobernadoras ha fomentado un aumento de las expectativas y de las posibilidades de las chicas adolescentes, por un efecto de imitación de modelos. Según los autores del estudio, estos resultados demuestran que las políticas de paridad definitivamente fomentan la participación de las mujeres en sectores en los que aún están poco representadas.
La brecha
En el relevamiento, en el que fueron analizados 8.000 adolescentes hindúes y sus padres, se demostró que el incremento de la presencia de mujeres como líderes políticos locales en la India ha tenido un marcado impacto en las adolescentes y en sus familias, ya que ha aumentado las aspiraciones profesionales y el rendimiento educativo de las jóvenes. Los resultados también muestran que las líderes políticas hindúes propician la desaparición de la "brecha de género", hasta ahora fomentada por las ayudas destinadas principalmente a los hombres jóvenes.
Se constató que en los pueblos en los que nunca habían existido gobernadoras, los padres fueron un 45% menos propicios a señalar que querían que sus hijas fueran a la escuela o que pasaran de la enseñanza secundaria, en comparación con las aspiraciones que tenían para sus hijos varones. La actitud de las adolescentes de estos lugares fue similar a la de sus padres, aunque ligeramente más abierta (32%).
Sin embargo, entre las adolescentes que vivían en pueblos donde había habido alguna pradhan (así llaman a las líderes mujeres) la brecha de género relativa a los objetivos educativos de niños y niñas había desaparecido por completo.
El cambio
El estudio a cargo de la economista Esther Duflo estuvo centrado en Bengala Occidental, un estado situado al Este de la India, en el que se ha establecido un cupo femenino para la tercera parte de los cargos electivos, a partir de 1998.
Esta política es parte de un esfuerzo nacional por situar a las mujeres en los gobiernos locales: en 1993, la India estableció cuotas de género para los gobiernos municipales. Como resultado, la proporción de mujeres en puestos de líderes locales electos aumentó de menos del 5% en 1992 a más del 40% en 2000, según destaca el estudio del MIT.
Los sacrificios
"No hay mejor expresión del balance de los 20 años del cupo femenino que la foto de la Presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, en el balcón de Perón junto a la Presidenta de Brasil, Dilma Russeff. Es una histórica imagen que, como bien dijo Cristina, ?las feministas nunca imaginaron?; al menos yo no lo había imaginado. Ahora, esa foto tiene una historia en la que seguro la ?ley del 30%?, hito en la historia de las mujeres en la política, tan importante como la ley del voto femenino, fue el piso que legitimo la presencia de las mujeres en el poder en estos años", escribió Franganillo en noviembre pasado, en un artículo en el que celebró los 20 años de la Ley de Cupo Femenino. Que las mujeres hoy ocupen cargos de poder real en los tres poderes del Estado le parece natural a la ciudadanía, a pesar de que surgió de algo tan artificial como una norma jurídica.
Precisamente, Patricia Debeljuh advierte que los avances de la mujer en el mundo público (que incluye el universo del trabajo en el sector privado), se ha llevado a cabo con enormes sacrificios. Consisten, fundamentalmente, en las falacias que engendran universalismos como el de la igualdad del hombre y la mujer: ambos tienen dignidades iguales, pero son muy diferentes. Sin embargo, salvo contadas excepciones, las mujeres lejos de encontrar ámbitos preparados para sus diferencias, han debido seguir un camino de imitación de los hombres. Con todo lo que ello implica.
De modo que la nueva realidad, con mujeres en más y mejores ámbitos de participación, se afianza. Pero mucho de lo que debería cambiar a partir de ese presente distinto, siguió siendo igual. Las nuevas generaciones ya están avisando que la deuda debe saldarse. Lo muestra la segunda parte de la anécdota de Franganillo. Cuando Cipriano le contó que todas las nenas querían ser jefas de Estado, ella -todavía riéndose- le hizo la repregunta indispensable. "Y ¿los nenes?". "No -le contestó Cipriano-. Los nenes, no. Sólo uno".
Esa situación que la especialista en temas de género y políticas públicas le cuenta a LA GACETA, en una pausa de la entrevista que se publica en esta página, y que con variantes ha acontecido en infinidad de hogares y de escuelas tucumanas, acaba de ser mensurada, estudiada y analizada en la India, por una especialista de una universidad norteamericana. La síntesis, según consigna tendencias21.com: el hecho de que las mujeres tengan puestos políticos importantes influye de manera positiva en las vidas de las mujeres jóvenes.
En concreto, se trata de un estudio realizado por economistas del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), en el que fueron analizadas 495 poblaciones de la India. En esas localidades, la existencia de mujeres gobernadoras ha fomentado un aumento de las expectativas y de las posibilidades de las chicas adolescentes, por un efecto de imitación de modelos. Según los autores del estudio, estos resultados demuestran que las políticas de paridad definitivamente fomentan la participación de las mujeres en sectores en los que aún están poco representadas.
La brecha
En el relevamiento, en el que fueron analizados 8.000 adolescentes hindúes y sus padres, se demostró que el incremento de la presencia de mujeres como líderes políticos locales en la India ha tenido un marcado impacto en las adolescentes y en sus familias, ya que ha aumentado las aspiraciones profesionales y el rendimiento educativo de las jóvenes. Los resultados también muestran que las líderes políticas hindúes propician la desaparición de la "brecha de género", hasta ahora fomentada por las ayudas destinadas principalmente a los hombres jóvenes.
Se constató que en los pueblos en los que nunca habían existido gobernadoras, los padres fueron un 45% menos propicios a señalar que querían que sus hijas fueran a la escuela o que pasaran de la enseñanza secundaria, en comparación con las aspiraciones que tenían para sus hijos varones. La actitud de las adolescentes de estos lugares fue similar a la de sus padres, aunque ligeramente más abierta (32%).
Sin embargo, entre las adolescentes que vivían en pueblos donde había habido alguna pradhan (así llaman a las líderes mujeres) la brecha de género relativa a los objetivos educativos de niños y niñas había desaparecido por completo.
El cambio
El estudio a cargo de la economista Esther Duflo estuvo centrado en Bengala Occidental, un estado situado al Este de la India, en el que se ha establecido un cupo femenino para la tercera parte de los cargos electivos, a partir de 1998.
Esta política es parte de un esfuerzo nacional por situar a las mujeres en los gobiernos locales: en 1993, la India estableció cuotas de género para los gobiernos municipales. Como resultado, la proporción de mujeres en puestos de líderes locales electos aumentó de menos del 5% en 1992 a más del 40% en 2000, según destaca el estudio del MIT.
Los sacrificios
"No hay mejor expresión del balance de los 20 años del cupo femenino que la foto de la Presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, en el balcón de Perón junto a la Presidenta de Brasil, Dilma Russeff. Es una histórica imagen que, como bien dijo Cristina, ?las feministas nunca imaginaron?; al menos yo no lo había imaginado. Ahora, esa foto tiene una historia en la que seguro la ?ley del 30%?, hito en la historia de las mujeres en la política, tan importante como la ley del voto femenino, fue el piso que legitimo la presencia de las mujeres en el poder en estos años", escribió Franganillo en noviembre pasado, en un artículo en el que celebró los 20 años de la Ley de Cupo Femenino. Que las mujeres hoy ocupen cargos de poder real en los tres poderes del Estado le parece natural a la ciudadanía, a pesar de que surgió de algo tan artificial como una norma jurídica.
Precisamente, Patricia Debeljuh advierte que los avances de la mujer en el mundo público (que incluye el universo del trabajo en el sector privado), se ha llevado a cabo con enormes sacrificios. Consisten, fundamentalmente, en las falacias que engendran universalismos como el de la igualdad del hombre y la mujer: ambos tienen dignidades iguales, pero son muy diferentes. Sin embargo, salvo contadas excepciones, las mujeres lejos de encontrar ámbitos preparados para sus diferencias, han debido seguir un camino de imitación de los hombres. Con todo lo que ello implica.
De modo que la nueva realidad, con mujeres en más y mejores ámbitos de participación, se afianza. Pero mucho de lo que debería cambiar a partir de ese presente distinto, siguió siendo igual. Las nuevas generaciones ya están avisando que la deuda debe saldarse. Lo muestra la segunda parte de la anécdota de Franganillo. Cuando Cipriano le contó que todas las nenas querían ser jefas de Estado, ella -todavía riéndose- le hizo la repregunta indispensable. "Y ¿los nenes?". "No -le contestó Cipriano-. Los nenes, no. Sólo uno".