31 Diciembre 2011
Gran parte del escenario de las inversiones para el año nuevo dependerá de lo que suceda con la Eurozona, afirma a LA GACETA el economista Aldo Abram, director de la consultora Exante. Y, en este sentido, sostiene que se vislumbran dos potenciales escenarios y claramente distintos:
Si en los próximos meses los líderes de la Unión Europea logran resolver el problema de confianza del bloque, podrá entonces pensarse que 2012 puede llegar a ser un año bueno para las inversiones en el mundo. "Y esto puede llevar a una suerte de veranito financiero como el que tuvimos desde el segundo trimestre de 2009 hasta fines de 2010", puntualiza. En ese contexto, puede llegar a subir el valor de los activos financieros, de los inmuebles y hasta del oro. "Los inversores, para volcar sus capitales, requieren de que el clima sea tranquilo, de cierta certidumbre, para volver a apostar por activos con riesgos", acota. Si este panorama se da, será una buena noticia para las economías emergentes, que pueden llegar a ofrecer a los inversores altos rendimientos y buenas tasas de crecimiento.
Si la perspectiva es mala, aclara Abram, el segundo escenario será negro y las monedas tendrán una tendencia hacia el alza. Contrariamente, los activos caerán y productos como el oro pueden llegar a ser muy vapuleados por el mercado. En ese escenario, indica el economista, la alternativa será indudablemente el dólar.
"Habrá apuestas de riesgos, porque siempre hay alguien que ve oportunidades en la crisis, pero no serán demasiadas audaces, sobre todo en la Argentina, donde un inversor puede llegar a pensar que si ingresa dólares al país es posible que luego no pueda sacarlos", indica.
Si en los próximos meses los líderes de la Unión Europea logran resolver el problema de confianza del bloque, podrá entonces pensarse que 2012 puede llegar a ser un año bueno para las inversiones en el mundo. "Y esto puede llevar a una suerte de veranito financiero como el que tuvimos desde el segundo trimestre de 2009 hasta fines de 2010", puntualiza. En ese contexto, puede llegar a subir el valor de los activos financieros, de los inmuebles y hasta del oro. "Los inversores, para volcar sus capitales, requieren de que el clima sea tranquilo, de cierta certidumbre, para volver a apostar por activos con riesgos", acota. Si este panorama se da, será una buena noticia para las economías emergentes, que pueden llegar a ofrecer a los inversores altos rendimientos y buenas tasas de crecimiento.
Si la perspectiva es mala, aclara Abram, el segundo escenario será negro y las monedas tendrán una tendencia hacia el alza. Contrariamente, los activos caerán y productos como el oro pueden llegar a ser muy vapuleados por el mercado. En ese escenario, indica el economista, la alternativa será indudablemente el dólar.
"Habrá apuestas de riesgos, porque siempre hay alguien que ve oportunidades en la crisis, pero no serán demasiadas audaces, sobre todo en la Argentina, donde un inversor puede llegar a pensar que si ingresa dólares al país es posible que luego no pueda sacarlos", indica.
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