14 Diciembre 2011
La sede de la delegación tucumana de la Policía Federal está siendo allanada. Aunque el procedimiento se desarrolla con absoluto hermetismo, fuentes judiciales confirmaron que la medida responde a la investigación de la fuga de Juan Carlos Benedicto, un civil acusado por crímenes de lesa humanidad.
En el procedimiento intervinieron otras fuerzas nacionales. En el allanamiento se secuestraron los libros de consigna y legajos del personal afectado a la custodia de Benedicto, según trascendió. La versión fue confirmada luego por el juez federal Daniel Bejas, a cargo del caso.
Julia Vitar, querellante en dos de las causas penales contra Benedicto, informó que esta mañana hizo una presentación formal ante la Justicia Federal solicitando que se den explicaciones e informes sobre los recaudos que se toman respecto de los presos en arresto domiciliario, y pidiendo que se proteja a los testigos de estos casos.
El escribano está imputado en la investigación del centro clandestino de detención y exterminio que funcionó en el ex Arsenal Miguel de Azcuénaga, donde se descubrió una fosa común con 15 cuerpos de desaparecidos durante la dictadura.
Desde diciembre de 2010 Benedicto estaba detenido en Villa Urquiza, y fue llevado a su casa hace dos meses, debido a que debía someterse a una cirugía en la rodilla y la rehabilitación no podía ser llevada a cabo en la cárcel. Hace un mes quiso suicidarse, y por ello fue internado en una clínica neuropsiquiátrica, de la que se fugó. LA GACETA ©
En el procedimiento intervinieron otras fuerzas nacionales. En el allanamiento se secuestraron los libros de consigna y legajos del personal afectado a la custodia de Benedicto, según trascendió. La versión fue confirmada luego por el juez federal Daniel Bejas, a cargo del caso.
Julia Vitar, querellante en dos de las causas penales contra Benedicto, informó que esta mañana hizo una presentación formal ante la Justicia Federal solicitando que se den explicaciones e informes sobre los recaudos que se toman respecto de los presos en arresto domiciliario, y pidiendo que se proteja a los testigos de estos casos.
El escribano está imputado en la investigación del centro clandestino de detención y exterminio que funcionó en el ex Arsenal Miguel de Azcuénaga, donde se descubrió una fosa común con 15 cuerpos de desaparecidos durante la dictadura.
Desde diciembre de 2010 Benedicto estaba detenido en Villa Urquiza, y fue llevado a su casa hace dos meses, debido a que debía someterse a una cirugía en la rodilla y la rehabilitación no podía ser llevada a cabo en la cárcel. Hace un mes quiso suicidarse, y por ello fue internado en una clínica neuropsiquiátrica, de la que se fugó. LA GACETA ©
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