09 Diciembre 2011
COMUNES, NO. Sólo las lentes polarizadas bloquean totalmente los rayos UV.
El sol es generalmente asociado con descanso, placer, bienestar y salud. Pero para los ojos, los rayos ultravioleta (UV) pueden representar una seria amenaza. Como ocurre con la piel, los ojos pueden ser seriamente dañados por el sol: cada año se diagnostica en el mundo 3,2 millones de personas con ceguera causada por la prolongada exposición a los rayos UV sin la protección adecuada. El conocimiento sobre este tema parece ser insuficiente, ya que el 86% de los pacientes sabe que necesita proteger su piel, pero sólo el 6% es consciente de que también necesita proteger los ojos del sol.
"No cualquier anteojo de sol asegura una efectiva protección de los rayos UV", suelen advertir cada verano los oftalmólogos. Y para que el rey Febo no sea una amenaza para la salud visual, aconsejan usar lentes polarizadas que bloquean completamente los rayos UV. "Los niños, especialmente, requieren protección visual porque el 80% del daño de los rayos UV ocurre antes de los 18 años en toda la piel", advierten los expertos.
Zonas de piel sensible
La Asociación Americana de Lucha contra el Cáncer recomienda el uso de anteojos para proteger también los párpados superiores e inferiores, ya que el 90% de casos de cáncer de piel ocurre en las zonas próximas a la cabeza y cuello, y las lentes de sol ofrecen una protección crucial para los ojos en sí, y para la piel que los rodea, donde no se puede aplicar protector solar.
Los anteojos de sol comunes y coloreados que se expenden en la vía pública o en cualquier otro lugar -sin indicación o asesoramiento profesional- sólo reducen parcialmente el deslumbramiento; permiten a los usuarios ver con mayor claridad para pasar el día al aire libre. Pero ¡cuidado!, no filtran los rayos UV. Además, usar lentes de sol comunes puede provocar cansancio y molestia visual. En cambio, las lentes polarizadas, bien tratadas y con la graduación correcta -si el usuario lo requiere- protegen los ojos y evitan los dolores de cabeza causados, justamente, por el uso de anteojos inadecuados.
Patologías oculares
El sol puede contribuir a la degeneración macular, una enfermedad progresiva del ojo que es la causa principal de la severa e irreversible pérdida de la visión. Este cuadro se puede prevenir si se toman los recaudos necesarios. Además, un 20% de las cataratas se puede generar debido a la exposición prolongada y directa a los rayos UV. En las personas que toman ciertos medicamentos (que causan sensibilidad a la luz) el daño puede ser aún más serio.
Casi todos los usuarios de lentes tienen más de un par de anteojos, según la Asociación Americana de Lucha contra el Cáncer. En los Estados Unidos el 59% tiene al menos dos pares de lentes con graduación, pero la mayoría no usa lentes solares con graduación. De este dato se puede inferir que para exponerse al sol usan anteojos oscuros comunes, que no protegen la vista ni tienen la graduación óptica que les permite ver bien.
Recordó también que los rayos UV son la principal causa de las arrugas: originan el 90% de los síntomas de envejecimiento prematuro de la piel.
"No cualquier anteojo de sol asegura una efectiva protección de los rayos UV", suelen advertir cada verano los oftalmólogos. Y para que el rey Febo no sea una amenaza para la salud visual, aconsejan usar lentes polarizadas que bloquean completamente los rayos UV. "Los niños, especialmente, requieren protección visual porque el 80% del daño de los rayos UV ocurre antes de los 18 años en toda la piel", advierten los expertos.
Zonas de piel sensible
La Asociación Americana de Lucha contra el Cáncer recomienda el uso de anteojos para proteger también los párpados superiores e inferiores, ya que el 90% de casos de cáncer de piel ocurre en las zonas próximas a la cabeza y cuello, y las lentes de sol ofrecen una protección crucial para los ojos en sí, y para la piel que los rodea, donde no se puede aplicar protector solar.
Los anteojos de sol comunes y coloreados que se expenden en la vía pública o en cualquier otro lugar -sin indicación o asesoramiento profesional- sólo reducen parcialmente el deslumbramiento; permiten a los usuarios ver con mayor claridad para pasar el día al aire libre. Pero ¡cuidado!, no filtran los rayos UV. Además, usar lentes de sol comunes puede provocar cansancio y molestia visual. En cambio, las lentes polarizadas, bien tratadas y con la graduación correcta -si el usuario lo requiere- protegen los ojos y evitan los dolores de cabeza causados, justamente, por el uso de anteojos inadecuados.
Patologías oculares
El sol puede contribuir a la degeneración macular, una enfermedad progresiva del ojo que es la causa principal de la severa e irreversible pérdida de la visión. Este cuadro se puede prevenir si se toman los recaudos necesarios. Además, un 20% de las cataratas se puede generar debido a la exposición prolongada y directa a los rayos UV. En las personas que toman ciertos medicamentos (que causan sensibilidad a la luz) el daño puede ser aún más serio.
Casi todos los usuarios de lentes tienen más de un par de anteojos, según la Asociación Americana de Lucha contra el Cáncer. En los Estados Unidos el 59% tiene al menos dos pares de lentes con graduación, pero la mayoría no usa lentes solares con graduación. De este dato se puede inferir que para exponerse al sol usan anteojos oscuros comunes, que no protegen la vista ni tienen la graduación óptica que les permite ver bien.
Recordó también que los rayos UV son la principal causa de las arrugas: originan el 90% de los síntomas de envejecimiento prematuro de la piel.