Un policía quedó herido en un asalto a un camión de gaseosas

El cabo Mario Sebastián Rodríguez caminaba ayer a la siesta por calle Lavaissé. Antes de llegar a la esquina de Constitución se encontró con un amigo que trabaja como chofer de un camión distribuidor de gaseosas. El conductor estaba estacionado frente a un maxi kiosco de la familia Contreras, ubicado en Lavaissé al 2.600. El policía, vestido de uniforme, y el chofer conversaban entre ellos, mientras otros dos operarios acomodaban los cajones con envases de gaseosas en la parte trasera del vehículo.

De repente aparecieron dos individuos en una moto, Honda Wave, de color negro. Frenaron al costado de la puerta del camión rojo, pero del otro lado y sin haber visto al cabo Rodríguez. Uno de ellos sacó un arma de fuego y comenzó el asalto. Pero, en un segundo, al descubrir al policía no dudó en hacerle dos disparos.

Un balazo impactó en el brazo del cabo Rodríguez, que cayó al piso. El otro disparo fue directo al abdomen. El Policía trastabilló en un intento por cubrirse del ataque. Cayó herido, pero con un hilo de fuerza logró sacar su arma y devolver los disparos contra uno de los delincuentes. Ese disparo hirió en el brazo derecho al delincuente que salió corriendo hacia la vereda para cubrirse.

El otro delincuente también dejó la moto y salió corriendo para alejarse del lugar. En ese momento, el chofer aceleró el camión hasta pasarle por encima a la moto y dejarla aplastada en el medio de la calle. El delincuente herido corrió media cuadra hasta la esquina, dobló en la calle Constitución y, de inmediato, ingresó a una de las viviendas de la zona.

Todo fue muy rápido, pero el tiroteo parecía eterno. A pesar de estar herido, el cabo Rodríguez logró pedir refuerzos. Entonces llegaron los agentes Roberto Verduguez, Mauricio Caña, Eduardo Coronel, el cabo Walter Castillo, el oficial ayudante Daniel Tejeda y el comisario Ramón Vizcarra (todos de la seccional 8ª). Los cinco policías comenzaron a buscar a los delincuentes prófugos, mientras el chofer del camión de gaseosas, llevaba al herido cabo Rodríguez hasta la guardia del hospital Padilla. Para no perder tiempo, lo subieron a un auto particular.

Salir a la vereda
En medio de la calle habían quedado el camión, de un lado, y la moto (aplastada), del otro lado, a unos 15 metros. Los policías de la seccional 8ª seguían buscando a los dos delincuentes, mientras algunos vecinos se animaban a salir a la vereda para ver lo que estaba sucediendo.

Tras unos 20 minutos de rastrear una por una las viviendas de esa esquina, el oficial Tejeda logró atrapar al delincuente que había huido estando herido en el brazo. También se le secuestró un arma de fuego, calibre 38.

El individuo, de gran contextura física, tenía la camisa manchada con sangre por la herida en el antebrazo derecho. Al socio no pudieron hallarlo, pero sigue la búsqueda en toda la zona.

Después, procedieron a la identificación del detenido que dijo llamarse Aduil Ferreyra, de 24 años. El detenido aseguró ser uno de los hijos de "El "Malevo" Mario Oscar Ferreyra, ex comisario que se pegó un tiro en la cabeza el 21 de noviembre de 2008, cuando la Gendarmería se preparaba para detenerlo en su casa de San Andrés. Hasta ayer, el joven Ferreyra seguía detenido en dependencias de la seccional 8ª, mientras los policías aguardaban la evolución del estado de salud del cabo Rodríguez, que fue operado de urgencia y está con pronóstico reservado en el Padilla.