27 Noviembre 2011
Las proyecciones demográficas indican un paulatino envejecimiento de nuestra población. La prolongación de la vida siempre debería ser una buena noticia. Pero en nuestro contexto muchos se preguntan si es factible una vejez digna, sin sufrimiento.
En Tucumán, los índices de envejecimiento poblacional aumentan cada vez más. En 2010 se registraron 30.658 adultos mayores más que en 2001. Actualmente, el 12% de la población tiene más de 60 años. Se cree que dentro de cuatro décadas esa cifra sumará 10 puntos; es decir que aproximadamente uno de cada cuatro tucumanos será un adulto mayor.
Por esta realidad, según los expertos, hay aspectos que deben cuidarse para que una ciudad sea amigable con sus mayores: los espacios verdes y las construcciones urbanas, el transporte, la participación en la vida social, el respeto y la inclusión, el apoyo comunitario y los servicios de salud, entre otros.
¿Por qué envejecemos?
Para entender por qué la población se está poniendo vieja consultamos a la demógrafa Nora Jarma, autora de un trabajo sobre el tema que ha sido publicado por la Dirección de Estadísticas de la Provincia. Según señala la experta, el envejecimiento es el resultado de varios factores: el sostenido decrecimiento de la fecundidad, una baja en la mortalidad y el aumento de la esperanza de vida al nacer.
"Las mejoras sanitarias y ambientales y los adelantos médicos comienzan a rendir sus frutos en las edades más avanzadas y esto se lo puede ver claro en la disminución de la tasa de mortalidad y en la esperanza de vida al nacer", destacó. Sobre este último índice dio ejemplos: en 1947, cuando alguien nacía, tenía una expectativa de vida de 54,5 años y en 2001, de 72,5 años.
Al mismo tiempo, las tasas de fecundidad descienden: mientras que en 1955 había cinco hijos por mujer, en la actualidad hay 2,2 por cada fémina.
Según el último censo hay 168.835 adultos mayores en la provincia. Para 2015, de acuerdo con las proyecciones, la cifra estará por encima de los 200.000. La mayoría de quienes tienen más de 60 años son mujeres (el 56%). Un dato curioso es que dentro de la población de 80 años y más ellas son casi el doble.
Otro análisis importante que realizó la demógrafa es la relación entre población productiva y pasiva: mientras que en 1869 en Tucumán había 18 personas de entre 15 y 59 años para soportar la carga financiera que implica sostener a un mayor de 60 años, en la actualidad hay cinco personas en edad productiva para cada adulto mayor. Las proyecciones indican que en poco tiempo la población ociosa igualará la laboral.
En cuanto a la cantidad de niños por anciano, a comienzos del siglo pasado había 12 menores por cada adulto mayor, mientras que en la actualidad hay apenas dos chicos por cada abuelo.
"El envejecimiento se trata de un fenómeno nuevo para el cual no estamos preparados. El principal problema es que se achica la población económica activa. Hay países como Francia que tienen serias crisis por esto y se han visto obligados a tomar medidas como, por ejemplo, extender la edad jubilatoria", detalló la docente de la cátedra de Demografía de la Facultad de Ciencias Económicas.
En Tucumán, los índices de envejecimiento poblacional aumentan cada vez más. En 2010 se registraron 30.658 adultos mayores más que en 2001. Actualmente, el 12% de la población tiene más de 60 años. Se cree que dentro de cuatro décadas esa cifra sumará 10 puntos; es decir que aproximadamente uno de cada cuatro tucumanos será un adulto mayor.
Por esta realidad, según los expertos, hay aspectos que deben cuidarse para que una ciudad sea amigable con sus mayores: los espacios verdes y las construcciones urbanas, el transporte, la participación en la vida social, el respeto y la inclusión, el apoyo comunitario y los servicios de salud, entre otros.
¿Por qué envejecemos?
Para entender por qué la población se está poniendo vieja consultamos a la demógrafa Nora Jarma, autora de un trabajo sobre el tema que ha sido publicado por la Dirección de Estadísticas de la Provincia. Según señala la experta, el envejecimiento es el resultado de varios factores: el sostenido decrecimiento de la fecundidad, una baja en la mortalidad y el aumento de la esperanza de vida al nacer.
"Las mejoras sanitarias y ambientales y los adelantos médicos comienzan a rendir sus frutos en las edades más avanzadas y esto se lo puede ver claro en la disminución de la tasa de mortalidad y en la esperanza de vida al nacer", destacó. Sobre este último índice dio ejemplos: en 1947, cuando alguien nacía, tenía una expectativa de vida de 54,5 años y en 2001, de 72,5 años.
Al mismo tiempo, las tasas de fecundidad descienden: mientras que en 1955 había cinco hijos por mujer, en la actualidad hay 2,2 por cada fémina.
Según el último censo hay 168.835 adultos mayores en la provincia. Para 2015, de acuerdo con las proyecciones, la cifra estará por encima de los 200.000. La mayoría de quienes tienen más de 60 años son mujeres (el 56%). Un dato curioso es que dentro de la población de 80 años y más ellas son casi el doble.
Otro análisis importante que realizó la demógrafa es la relación entre población productiva y pasiva: mientras que en 1869 en Tucumán había 18 personas de entre 15 y 59 años para soportar la carga financiera que implica sostener a un mayor de 60 años, en la actualidad hay cinco personas en edad productiva para cada adulto mayor. Las proyecciones indican que en poco tiempo la población ociosa igualará la laboral.
En cuanto a la cantidad de niños por anciano, a comienzos del siglo pasado había 12 menores por cada adulto mayor, mientras que en la actualidad hay apenas dos chicos por cada abuelo.
"El envejecimiento se trata de un fenómeno nuevo para el cual no estamos preparados. El principal problema es que se achica la población económica activa. Hay países como Francia que tienen serias crisis por esto y se han visto obligados a tomar medidas como, por ejemplo, extender la edad jubilatoria", detalló la docente de la cátedra de Demografía de la Facultad de Ciencias Económicas.