15 Noviembre 2011
Las primeras noticias del vinagre provienen de Oriente y datan del año 5.000 antes de Cristo. Desde ese entonces, el vinagre ha sido utilizado como aderezo y como conservante de alimentos. Pero también se lo empleaba con fines medicinales: para evitar o tratar distintos males de las vías respiratorias, como la nariz tapada y la tos; la inflamación de las encías; como desinfectante de la piel; para las digestiones difíciles, para combatir la obesidad y hasta para fortalecer los huesos.
"Podemos decir que este aliño se ha puesto de moda porque posee un sinfín de beneficios para el organismo, sobre todo por su efecto depurativo y revitalizante", sintetizó a LA GACETA la nutricionista Adriana Fernández Aragón.
El vinagre natural de sidra crudo u orgánico está hecho con manzanas frescas trituradas que maduraron naturalmente y cuyo mosto fermenta de forma espontánea, sin mediación química.
Rica en fibra y potasio
Desde el punto de vista nutritivo la manzana es una de las frutas más completas y enriquecedoras en la dieta. Tiene un 85% de agua, por eso es refrescante e hidratante. Los azúcares, la mayor parte fructosa (azúcar de la fruta) y en menor proporción, glucosa y sacarosa, de rápida asimilación en el organismo, son los nutrientes más abundantes después del agua. Es fuente discreta de vitamina E y aporta escasa cantidad de vitamina C. Es rica en fibra y en potasio. La vitamina E es antioxidante, interviene en la estabilidad de los glóbulos rojos y en la fertilidad. El potasio es necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal. Las extraordinarias propiedades dietéticas que se le atribuyen a la manzana se deben a los fitoquímicos que contiene, entre ellos, flavonoides y quercitina, con propiedades antioxidantes.
Es un gran depurativo intestinal debido al ácido acético que tiene. Esto ayuda a combatir el estreñimiento y, ante su contacto, mueren las bacterias malignas que nos ocasionan gases y putrefacciones. En otras palabras, es digestivo y ligeramente laxante porque aumenta el movimiento intestinal.
"No es que el vinagre de manzana elimine las grasas como por arte de magia, sino porque aumenta la secreción de enzimas que intervienen en la digestión de las grasas", aclaró la nutricionista.
Brinda saciedad
Además, el vinagre de manzana (no el de vino o de alcohol) posee un gran poder saciador. Está comprobado que las personas que beben agua con vinagre de manzana durante las comidas se sienten "satisfechas" mucho antes de lo esperado. Su riqueza en vitamina A le confiere efectos muy positivos para la sequedad de la piel y de todas las mucosas del cuerpo (especialmente la del ojo). También contiene sales minerales, tanino, calcio, fósforo, potasio, sodio, cinc y vitaminas del grupo B. Al ser muy rico en potasio es diurético y ayuda a alcalinizar un poco el Ph sanguíneo. Esto se traduce en que, al eliminar líquidos, se pierde menos potasio y se evitan los mareos, los calambres y cansancios habituales.
En comparación al vinagre de uva, provoca menos acidez y es más apropiado para estómagos delicados. El ácido acético, principal componente y fuente del sabor amargo del vinagre, previene las infecciones intestinales tanto las provocadas por bacterias como por hongos. En tanto la pectina, además de ayudar a saciar y a evacuar, regula la presión arterial y disminuye el colesterol alto.
Desinfecta y cicatriza
El uso tópico del vinagre de manzana ayuda a aliviar algunos trastornos de la piel como el herpes, las quemaduras leves y hasta la caspa. Si se lo aplica sobre las piernas con venas varicosas las contrae otorgando descanso. También es muy eficaz para la limpieza y la eliminación de las células muertas de la piel, y tiene acción desinfectante y cicatrizante en las pequeñas heridas.
"Podemos decir que este aliño se ha puesto de moda porque posee un sinfín de beneficios para el organismo, sobre todo por su efecto depurativo y revitalizante", sintetizó a LA GACETA la nutricionista Adriana Fernández Aragón.
El vinagre natural de sidra crudo u orgánico está hecho con manzanas frescas trituradas que maduraron naturalmente y cuyo mosto fermenta de forma espontánea, sin mediación química.
Rica en fibra y potasio
Desde el punto de vista nutritivo la manzana es una de las frutas más completas y enriquecedoras en la dieta. Tiene un 85% de agua, por eso es refrescante e hidratante. Los azúcares, la mayor parte fructosa (azúcar de la fruta) y en menor proporción, glucosa y sacarosa, de rápida asimilación en el organismo, son los nutrientes más abundantes después del agua. Es fuente discreta de vitamina E y aporta escasa cantidad de vitamina C. Es rica en fibra y en potasio. La vitamina E es antioxidante, interviene en la estabilidad de los glóbulos rojos y en la fertilidad. El potasio es necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal. Las extraordinarias propiedades dietéticas que se le atribuyen a la manzana se deben a los fitoquímicos que contiene, entre ellos, flavonoides y quercitina, con propiedades antioxidantes.
Es un gran depurativo intestinal debido al ácido acético que tiene. Esto ayuda a combatir el estreñimiento y, ante su contacto, mueren las bacterias malignas que nos ocasionan gases y putrefacciones. En otras palabras, es digestivo y ligeramente laxante porque aumenta el movimiento intestinal.
"No es que el vinagre de manzana elimine las grasas como por arte de magia, sino porque aumenta la secreción de enzimas que intervienen en la digestión de las grasas", aclaró la nutricionista.
Brinda saciedad
Además, el vinagre de manzana (no el de vino o de alcohol) posee un gran poder saciador. Está comprobado que las personas que beben agua con vinagre de manzana durante las comidas se sienten "satisfechas" mucho antes de lo esperado. Su riqueza en vitamina A le confiere efectos muy positivos para la sequedad de la piel y de todas las mucosas del cuerpo (especialmente la del ojo). También contiene sales minerales, tanino, calcio, fósforo, potasio, sodio, cinc y vitaminas del grupo B. Al ser muy rico en potasio es diurético y ayuda a alcalinizar un poco el Ph sanguíneo. Esto se traduce en que, al eliminar líquidos, se pierde menos potasio y se evitan los mareos, los calambres y cansancios habituales.
En comparación al vinagre de uva, provoca menos acidez y es más apropiado para estómagos delicados. El ácido acético, principal componente y fuente del sabor amargo del vinagre, previene las infecciones intestinales tanto las provocadas por bacterias como por hongos. En tanto la pectina, además de ayudar a saciar y a evacuar, regula la presión arterial y disminuye el colesterol alto.
Desinfecta y cicatriza
El uso tópico del vinagre de manzana ayuda a aliviar algunos trastornos de la piel como el herpes, las quemaduras leves y hasta la caspa. Si se lo aplica sobre las piernas con venas varicosas las contrae otorgando descanso. También es muy eficaz para la limpieza y la eliminación de las células muertas de la piel, y tiene acción desinfectante y cicatrizante en las pequeñas heridas.