Marcharán para exigir justicia y seguridad

Marcharán para exigir justicia y seguridad

Familiares y amigos de Iván Senneke convocaron a una marcha para el miércoles a las 19, que partirá de plaza Urquiza hasta la Casa de Gobierno. Su intención es que los tucumanos unifiquen los pedidos de seguridad y justicia. No quieren que se produzcan más hechos como el que terminó con la vida del joven. Gestiones ante familiares del gobernador Alperovich.

13 Noviembre 2011
"Hasta el cielo llora por vos Iván... vamos a hacer justicia para que descanses en paz!!!". Ese es el mensaje que escribió ayer en Facebook, Betiana Díaz Jiménez, tía del joven de 19 años, que fue ultimado de un balazo durante un asalto el jueves a la noche en la esquina de Rivadavia y Delfín Gallo.

Ella, que tiene casi la misma edad de Iván, anunció ayer, en diálogo con LA GACETA, que el miércoles, a las 19, se realizará una marcha para pedir justicia. Explicó que por decisión de los familiares, amigos y compañeros de la facultad de Iván se invita a quienes quieran participar en la movilización a concentrarse el miércoles, a las 19, en la plaza Urquiza para luego marchar hasta la Casa de Gobierno.

La joven visitó ayer a la tarde, la redacción de LA GACETA en compañía de su novio Francisco Rodríguez Belmonte. Ambos mostraron un afiche que diseñaron los amigos de Iván. "Llevemos velas y pancartas que reclamen justicia. Basta de todo esto!... por favor seamos multitud por un mismo objetivo: seguridad", dice la consigna escrita por los organizadores.

Al cementerio
Una gran cantidad de jóvenes llegaron ayer a la mañana a la sala velatoria, ubicada en Pasaje Padilla, de esta ciudad, para dar el último adiós a Iván. Después del mediodía, una extensa columna de automóviles particulares y dos ómnibus repletos de amigos, partieron hacia Yerba Buena.

El acompañamiento llegó al cementerio San Agustín, donde fueron inhumados los restos del joven que fue baleado en la cabeza por dos individuos que lo abordaron cuando regresaba del trabajo a su casa.

"Fue muy emotivo por la cantidad de amigos que se acercaron al velatorio", dijo Betiana. "La madre de Iván (Silvia Jiménez) está destruida, pero tiene fuerzas suficientes para luchar por justicia -explicó Betiana-. Ella me pidió que viniera al diario para que se difunda la convocatoria de la marcha del miércoles", precisó.

La joven aseguró que mientras estaban participando en el sepelio de Iván, les llegó otra noticia desagradable. "Nos contaron que un vecino de la misma torre de edificios donde vive la familia de Iván, en Rivadavia 2.200, fue asaltado al mediodía en otro sector de la ciudad. Esto tiene que parar de una vez por todas", afirmó.

Betiana es egresada del Colegio Nuestra Señora del Huerto, donde se realizó una cadena de oración el viernes a la mañana, cuando todavía guardaban esperanzas de una recuperación de Iván.

Un amigo especial

Betiana dijo que ella misma visitó la comisaría V en la madrugada del viernes. "Hablé con los policías y después lo llamé por teléfono a Daniel Alperovich, que es el hijo del gobernador, José Alperovich. Soy amiga de Daniel y le pedí una ayuda para que encuentren a los culpables. Él (por Daniel) me explicó que su papá estaba en Londres, pero hoy (por ayer), me llamó un tal Santiago (un allegado a Daniel) y me dijo que van a hacer todo lo posible por ayudarme".

En Tribunales
La tía de Iván reclamó que la Justicia (en la causa interviene la fiscalía Iº, a cargo de Marta Rivadeneira) actué con firmeza. "Espero que haga lo que tiene que hacer para que estos tipos no salgan libres en un par de meses", remarcó.

Francisco, por su parte, insistió en que la muerte de Iván no debe quedar impune. "No vamos a dejar que pasen dos semanas y todos se olviden de él. Estamos dispuestos a reclamar por seguridad", dijo.

Los abuelos paternos de Iván llegaron ayer desde Santiago del Estero. Ellos visitaron ayer el cementerio en Yerba Buena en compañía de Walter Senneke, padre de Iván.

El duelo se mezcla con el ímpetu para reclamar ante las autoridades. El miércoles se verá si los tucumanos deciden acompañar a los Senneke y a los Jiménez, dos familias que quedaron golpeadas por la desgracia y envueltas en una partida que no tiene consuelo.

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