Alimentos y solidaridad para miles de tucumanos

Alimentos y solidaridad para miles de tucumanos

La entidad se nutre de mercadería que los súper no venden. Así se benefician 14.000 niños y ancianos. Cursos de capacitación.

11 Noviembre 2011
"Ser una organización transcendente, transparente y comprometida con la reducción del hambre en nuestra provincia; contribuir al desarrollo integral de las personas". Desde un cartel, el lema escrito de puño y letra por algún integrante del Banco de Alimentos grita la misión que emprendió hace ocho años un grupo de tucumanos sensibilizados por la crisis económica y social de 2001.

"La primera donación que recibimos fue de latas de porotos que venían de Italia", recuerda Javier Paz Posse, presidente de la institución. El de Tucumán es uno de los 15 Bancos de Alimentos que hay en el país. "No recibimos subsidios del Estado ni los pedimos. Nuestros donantes son los supermercados y fábricas de alimentos, de los cuales recuperamos mercadería apta para el consumo que sale del circuito comercial por distintas razones: latas abolladas, productos con el envoltorio dañado o con vencimiento próximo. También recibimos donaciones de productores agrícolas y de los puesteros del Mercofrut", explica.

"Cuando tenemos mucha cantidad de un solo producto lo canjeamos por otros alimentos entre los bancos que componen la red", cuenta Luz García Hamilton, una de las integrantes de la institución. A pesar de los 40 grados del miércoles, ellos seguían trabajando a la siesta en el depósito de la entidad. Estaban también la vicepresidenta, Adriana Le Fort; los secretarios Mary Grandi y Pocho Masagué; y los vocales Laura Espejo, Silvina López Villagra, Celita Casanova, Antonio Casanova, Máximo Navarro, Leandro Quintans y Mariana Terán.

La transparencia es uno de los pilares de la institución, por eso cada benefactor recibe un resumen de cuentas. Así sabe dónde va su aporte. "Los alimentos no se regalan, sino que se venden a un precio simbólico a los comedores para mantener los gastos operativos del Banco. Además, es para ayudarlos a organizarse y a valorar más lo que reciben", explica Paz Posse.

Pero la tarea no es sólo dar y recibir alimentos. También capacitan gratuitamente a las personas que concurren a los comedores. Se dictaron cursos de pastelería, hornos y cocinas ecológicos, tejidos y liderazgo social, este último con el apoyo de la UNT. En el voluntariado, el grupo Jóvenes en Acción multiplicó la acción solidaria sumando chicos del secundario.

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