"La cantidad de días de clase no garantiza la calidad"

"La cantidad de días de clase no garantiza la calidad"

Muy crítico, el docente Ricardo Albornoz afirma que la baja exigencia es sólo uno de los factores negativos del sistema.

02 Noviembre 2011
Enseña electrónica, taller, y dibujo en tres niveles distintos: especial, adultos y agrotécnico, y en forma particular, Matemática y Física. El docente Ricardo Albornoz tiene la experiencia necesaria para opinar que no sólo Matemática es el cuco del secundario, y que por más estrategias que apliquen los docentes, el déficit educativo de los chicos es una cuestión generacional.

Albornoz está seguro que el problema es la actitud del alumno frente a todas las materias, no sólo en matemática. "Fracasan por un conjunto de factores que tiene que ver con el bajo grado de exigencia, con el valor que le da la sociedad al conocimiento, la nivelación para abajo, la falta de límites; el miedo institucional a exigir normas. Además está el trato que reciben los docentes del propio Ministerio: si opinás distinto te persiguen, y si tenés una lectura distinta de la realidad, hasta son capaces de exonerarnos", sostuvo. Según Albornoz, el chico del secundario no tiene interés, prefiere asistir a un profesor particular para rendir y aprobar la materia, y durante el año no hace nada.

"Para colmo -continuó- llegan a la secundaria con muchas deficiencias: no conocen el sistema de mediciones ni saben hacer estimaciones; no han aprendido el sistema métrico legal argentino: cuando tienen que medir lo hacen desde el 1 en vez de desde el 0; confunden milímetros con centímetros; no saben distinguir unidades, confunden razón entre dos números. Ellos no saben qué es el cociente (número resultado de la división), y por lo tanto no van a poder sacar proporciones. No pueden resolver un problema simple como medir la habitación donde duermen: fallan en medir y dividir", afirma.

Las bases

Albornoz opinó que un factor importante de estas deficiencias es la base que les da la escuela primaria. "La mayoría de las maestras de grado son docentes de área, y quizás no haya una buena formación en Matemáticas", advirtió.

"Los docentes de nivel medio ya no sabemos qué metodología usar en clase para despertar un mínimo de interés, atención y comprensión; sin estos tres factores, no puede haber ningún tipo de aprendizaje", sentenció el docente.

Según Albornoz, la escuela cumple una función de guardería: tiene que contener al chico, darle el mate cocido y la tortilla; asegurarse de que no sufra discriminación, supervisar si no tiene algún problema de conducta, psicológico o del lenguaje, etcétera. "Y este es uno de los problemas más graves y no es exclusivo del sistema, sino de la sociedad, que hoy no ve que con aprender a hacer las cuatro operaciones se vaya a ganar mucho dinero", dice. Por ello, enfatiza que no sólo es falla del alumno sino también del sistema.

Reflexionó que mientras que el alumno está algunas horas en la escuela y el resto del día en la casa, a la escuela se la hace responsable del 90 % de las deficiencias educativas de los jóvenes. Aun así opinó que la cantidad de días de clases no va a cambiar la realidad. "Cantidad no garantiza calidad -recalcó-. Pueden tener 365 días de clases, y si no se saca a la luz todo lo que está pasando y se hace un diagnóstico de verdad, aunque duela, no va a haber cambios".

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