31 Octubre 2011
EN TIEMPO REAL. Desde la consola, Vadim Kotowicz manejó el Da Vinci. GENTILEZA VADIM KOTOWICZ
La cirugía con asistencia robótica es un tratamiento de última generación que se lleva a cabo mediante computadoras. El robot Da Vinci dispone de microinstrumental que permite graduar, filtrar y transformar los movimientos del cirujano en maniobras más precisas que las del pulso humano y, además, con visión tridimensional.
El avance tecnológico está transformando las prácticas quirúrgicas convencionales y ofrece beneficios tanto para el paciente como para el cirujano. Posibilita una internación más corta y una cirugía que reduce sensiblemente el dolor, el riesgo de infección, la pérdida de sangre y las posibilidades de transfusiones. Las cicatrices son mucho más pequeñas que las de una cirugía convencional, lo que acelera el tiempo de recuperación y la reintegración a las actividades habituales.
Hace dos años, el servicio de Cirugía Cardiovascular del Hospital Italiano inició un activo programa de cirugía miniinvasiva videoasistida liderado por el jefe del área, Roberto Battellini, que efectivizó el desarrollo de la cirugía cardíaca robótica. Se conformó así un programa de última tecnología. Para su concreción aunaron esfuerzos los médicos Vadim Kotowicz, Ricardo Marenchino, Alberto Domenech y todo el Instituto de Medicina Cardiovascular del Hospital Italiano, de Buenos Aires.
El robot Da Vinci representa uno de los grandes avances de la ingeniería robotizada en aplicaciones médicas. Consta de cuatro brazos y una terminal de control. Desde la consola de control el cirujano manipula el equipo y puede operar en áreas muy pequeñas del cuerpo, con incisiones muy precisas que eliminan posibles movimientos involuntarios.
Dos de los brazos robóticos llevan cámaras de alta resolución que se introducen en orificios de apenas unos milímetros, lo que le da al cirujano una visión 3D de la zona por tratar.
El robot se emplea principalmente para practicar operaciones de cáncer de próstata, aunque su uso se puede extender a operaciones de cirugía abdominal, cardíaca, torácica, pediátrica y ginecológica.
El avance tecnológico está transformando las prácticas quirúrgicas convencionales y ofrece beneficios tanto para el paciente como para el cirujano. Posibilita una internación más corta y una cirugía que reduce sensiblemente el dolor, el riesgo de infección, la pérdida de sangre y las posibilidades de transfusiones. Las cicatrices son mucho más pequeñas que las de una cirugía convencional, lo que acelera el tiempo de recuperación y la reintegración a las actividades habituales.
Hace dos años, el servicio de Cirugía Cardiovascular del Hospital Italiano inició un activo programa de cirugía miniinvasiva videoasistida liderado por el jefe del área, Roberto Battellini, que efectivizó el desarrollo de la cirugía cardíaca robótica. Se conformó así un programa de última tecnología. Para su concreción aunaron esfuerzos los médicos Vadim Kotowicz, Ricardo Marenchino, Alberto Domenech y todo el Instituto de Medicina Cardiovascular del Hospital Italiano, de Buenos Aires.
El robot Da Vinci representa uno de los grandes avances de la ingeniería robotizada en aplicaciones médicas. Consta de cuatro brazos y una terminal de control. Desde la consola de control el cirujano manipula el equipo y puede operar en áreas muy pequeñas del cuerpo, con incisiones muy precisas que eliminan posibles movimientos involuntarios.
Dos de los brazos robóticos llevan cámaras de alta resolución que se introducen en orificios de apenas unos milímetros, lo que le da al cirujano una visión 3D de la zona por tratar.
El robot se emplea principalmente para practicar operaciones de cáncer de próstata, aunque su uso se puede extender a operaciones de cirugía abdominal, cardíaca, torácica, pediátrica y ginecológica.
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