22 Octubre 2011
Cuestión de género.- La nomofobia afecta más al sector masculino que al femenino. De entre las mujeres, un 48% experimenta ansiedad cuando les queda poca batería o cobertura, mientras que este sentimiento se da en el 58% de los hombres.
Datos preciados.- Los robos y extravíos influyen en el sufrimiento de quienes padecen nomofobia. Estos hechos generan momentos de angustia por la pérdida de un aparato que suele concentrar datos preciados, como la agenda telefónica, fotografías y cuentas de correos electrónicos.
Como sin piernas.- Los jóvenes aparecen entre los usuarios favoritos de celulares. Marcos, de 20 años, se considera un "net-adicto". "Si llegara a quedarme sin celular sentiría que me cortaron las piernas", resume. Amparo, de 15 años, asegura que no podría vivir sin el móvil. Dice que es como una extensión de su mano. "El solo hecho de quedarme sin batería me molestaría porque tendría que hacer llamadas desde el teléfono de casa. Prefiero los mensajes de texto", revela.
Cosas urgentes.- Muchos trabajadores adultos ya no imaginan su vida sin el celular. "Hay cosas urgentes y tenés que resolverlas en el momento. Cuando me quedo sin batería en el teléfono se entorpecen muchas de mis tareas diarias", contó Roberto Argentano, contador, de 38 años.Los más dependientes.- Según los expertos, quienes se han vuelto más dependientes de los celulares con aquellos que tienen teléfonos con muchas funciones. Están acostumbrados a revisar en ellos páginas web y toda su actividad diaria. Mientras viajan en ómnibus o en taxi realizan un trámite y chequean sus mails mediante la red de su celular. También los usan para interactuar con sus contactos.
No es un juguete.- Un estudio de la Universidad de Deakin, en Australia, reveló que algunos usuarios se sienten desplazados si no tienen el modelo de celular más actual. "Los teléfonos se asumen como un modo esencial de operar en el mundo moderno. Si querés vida social, tenés que mantenerte conectado. No es un juguete", afirma el doctor Paul Harrison, líder del grupo.
Datos preciados.- Los robos y extravíos influyen en el sufrimiento de quienes padecen nomofobia. Estos hechos generan momentos de angustia por la pérdida de un aparato que suele concentrar datos preciados, como la agenda telefónica, fotografías y cuentas de correos electrónicos.
Como sin piernas.- Los jóvenes aparecen entre los usuarios favoritos de celulares. Marcos, de 20 años, se considera un "net-adicto". "Si llegara a quedarme sin celular sentiría que me cortaron las piernas", resume. Amparo, de 15 años, asegura que no podría vivir sin el móvil. Dice que es como una extensión de su mano. "El solo hecho de quedarme sin batería me molestaría porque tendría que hacer llamadas desde el teléfono de casa. Prefiero los mensajes de texto", revela.
Cosas urgentes.- Muchos trabajadores adultos ya no imaginan su vida sin el celular. "Hay cosas urgentes y tenés que resolverlas en el momento. Cuando me quedo sin batería en el teléfono se entorpecen muchas de mis tareas diarias", contó Roberto Argentano, contador, de 38 años.Los más dependientes.- Según los expertos, quienes se han vuelto más dependientes de los celulares con aquellos que tienen teléfonos con muchas funciones. Están acostumbrados a revisar en ellos páginas web y toda su actividad diaria. Mientras viajan en ómnibus o en taxi realizan un trámite y chequean sus mails mediante la red de su celular. También los usan para interactuar con sus contactos.
No es un juguete.- Un estudio de la Universidad de Deakin, en Australia, reveló que algunos usuarios se sienten desplazados si no tienen el modelo de celular más actual. "Los teléfonos se asumen como un modo esencial de operar en el mundo moderno. Si querés vida social, tenés que mantenerte conectado. No es un juguete", afirma el doctor Paul Harrison, líder del grupo.