18 Octubre 2011
¿Cómo saber si uno es o no un buen jefe? Esa es la pregunta que se hizo Jill Geisler al escribir su artículo en la Revista Forbes, en el que detalla una docena de señales:
Un buen jefe consigue la satisfacción cuando logra mejorar a los demás en su trabajo.
Un buen jefe no trata igual a todos sus empleados. Conoce suficientemente bien a su personal.
Un buen jefe entiende que su cargo le da poder, pero que la inteligencia e integridad viene dada por su influencia.
Un buen jefe hace comentarios concretos, específicos, pero, sobre todo, constructivos.
Las palabras de un buen jefe tienen mucho impacto en el personal.
La respuesta constructiva de un buen jefe sobre los errores y problemas del día a día lleva a su equipo a sentirse seguro, ya que esos inconvenientes se tratarán de la manera correcta.
Un buen jefe comunica sus planes y metas con claridad y las personas entenderán a la perfección lo que se espera de ellas.
Un buen jefe no se intimida a la hora de contratar a gente con más conocimientos o experiencia.
El equipo que reporta a un buen jefe se siente dueño de sus propias ideas e iniciativas.
Un buen jefe es responsable de esas decisiones que sólo pueden venir desde arriba, y su equipo lo agradece.
Un buen jefe está en constante aprendizaje y siempre busca mejorar en habilidades y conocimientos.
El equipo de un buen jefe sabe lo que representa el líder y está orgulloso de trabajar con él.
Un buen jefe consigue la satisfacción cuando logra mejorar a los demás en su trabajo.
Un buen jefe no trata igual a todos sus empleados. Conoce suficientemente bien a su personal.
Un buen jefe entiende que su cargo le da poder, pero que la inteligencia e integridad viene dada por su influencia.
Un buen jefe hace comentarios concretos, específicos, pero, sobre todo, constructivos.
Las palabras de un buen jefe tienen mucho impacto en el personal.
La respuesta constructiva de un buen jefe sobre los errores y problemas del día a día lleva a su equipo a sentirse seguro, ya que esos inconvenientes se tratarán de la manera correcta.
Un buen jefe comunica sus planes y metas con claridad y las personas entenderán a la perfección lo que se espera de ellas.
Un buen jefe no se intimida a la hora de contratar a gente con más conocimientos o experiencia.
El equipo que reporta a un buen jefe se siente dueño de sus propias ideas e iniciativas.
Un buen jefe es responsable de esas decisiones que sólo pueden venir desde arriba, y su equipo lo agradece.
Un buen jefe está en constante aprendizaje y siempre busca mejorar en habilidades y conocimientos.
El equipo de un buen jefe sabe lo que representa el líder y está orgulloso de trabajar con él.