11 Octubre 2011
"Eduardo estuvo acá hace poquito", dispara con naturalidad Héctor Tizón mientras lanza una mirada al living de su casa de Los Perales, en Jujuy. Además de la amistad que los une, Galeano y Tizón poseen otro curioso vínculo: el de la oftalmología. "Él me llevó al médico que ahora me está viendo. Al principio, yo había ido a uno que me había recomendado mi hija, en Córdoba. Pero, a pesar del tratamiento al que me sometieron, no recuperé la vista", explica señalando su ojo izquierdo. "Cuando Eduardo se enteró de lo que me había pasado, me aconsejó que fuera a ver al mismo oftalmólogo que había tratado a su mujer, Helena. Me dio la dirección y me consiguió una consulta. Resulta que este médico había atendido al Papa y a (Vladimir) Putin (primer ministro ruso). Esto último sí me dio confianza. Pero la cuestión es que conmigo no anduvo bien", lamenta.
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