08 Octubre 2011
Me parece un premio muy oportuno; creo que este siglo, el XXI, es el de las mujeres. Distinguir a estas líderes priorizando el hecho de que usen la no violencia como modo de reivindicar derechos, es reconocer algo fundamental y muy característico de las mujeres, que es la búsqueda de consensos. Va en contra de todo prejuicio machista, que supone que donde hay mujeres hay chismes, envidia, competencias y cosas que no tienen que ver con las mujeres, sino con el imaginario y la proyección de una cultura machista. Es un acto de justicia; es empezar a mirar y a ponderar como un valor entre las mujeres la capacidad de consensuar y la influencia que pueden tener en la vida social y política de las naciones. Hemos avanzado mucho en la enunciación de nuestros derechos; ahora hay que aplicar políticas públicas concretas, como la asignación de presupuestos en los distintos ministerios con perspectivas de género. Por ejemplo, contemplando la creación de guarderías maternales para estudiantes y trabajadoras. Nos falta también saber ejercer nuestros derechos. Por ejemplo, conseguimos por la ley de cupo un espacio en la política, pero no siempre ese lugar es obtenido por nuestros propios méritos.
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