La carta del padre de una de las francesas asesinadas

La carta del padre de una de las francesas asesinadas

"En la morgue del hospital de Salta, sus ojos negros de gran tamaño estaban con miedo", escribió Jean-Michel Bouvier.

NUEVA LUCHA. El padre de una de turistas pidió que se construya un monumento en el lugar del crimen. FOTO TOMADAS LEPARISIEN.FR NUEVA LUCHA. El padre de una de turistas pidió que se construya un monumento en el lugar del crimen. FOTO TOMADAS LEPARISIEN.FR
06 Octubre 2011
SALTA.- Mientras avanza el proceso judicial por el crimen de las turistas francesas se conoció una carta que escribió Jean-Michel Bouvier -y publicó el diario francés "Le Monde"- el papá de Cassandre Bouvier, de 29 años, quien fue asesinada el 15 de agosto pasado, en la Quebrada de San Lorenzo, en Salta, junto a su compañera Houria Moumni, de 23. El hombre, en conmovedoras líneas, pide que el crimen sea tratado como un femenicidio. 

"El viernes 15 de julio en Salta, al norte de la Argentina, mi hija Cassandra ha sido golpeada, violada y asesinada de un balazo en la cabeza. En la morgue del hospital de Salta, sus ojos negros de gran tamaño estaban con miedo, pero impregnados de una determinación trágica, así como las marcas del desencadenamiento de la violencia ejercida sobre su cuerpo, nos petrificó de horror al padre, a la madre, al hermano y a su hermana que llegaron hasta allí para honrar a su cuerpo y llevarla de regreso a Francia.

Al día siguiente se apoderó de mí la idea mí la idea de que los actos cometidos, primero, contra su libertad de mujer, y finalmente contra de su vida merecía una calificación específica con las mismas consecuencias jurídicas como un crimen contra la humanidad. Al día siguiente descubrí en la Embajada de Francia en Buenos Aires el concepto de feticidio, común en toda América Latina. Encontré la bandera de lucha que habría enorgullecido a mi Cassandre.

Incluir el delito de femicidio en la legislación penal de mi país se ha convertido en el Santo Grial de mi vejez. El hombre que golpeó, violó y asesinó a una mujer porque es mujer y tiene una influencia física sobre ella, debería tener un castigo similar al de un crimen contra la humanidad. Será igual para todos los seres humanos que hacen lo mismo en una reunión.

No soy nada sin el apoyo de todas las mujeres y los hombres de buena voluntad y sin que las organizaciones que protegen los derechos humanos y violencia contra las mujeres. A Cassandre no le gustaba la injusticia y sus consecuencias: la pobreza, el destierro, la exclusión. Le gustaba ayudar a las personas desfavorecidas para superar su condición. Le encantaba estar en solidaridad con todos aquellos que sufren y actuar para ellos.

Espero que las autoridades ejecutivas y legislativas de mi país afirmen la absoluta necesidad de garantizar más y más derechos de las mujeres, especialmente los derechos a la libertad y el respeto a la integridad física. El 1º de septiembre le pedí al presidente que tome una iniciativa en este sentido. Pronto voy a ocupar una silla del Senado y me dirigiré a la Asamblea Nacional. En la próxima elección presidencial voy a pedir a los candidatos que tomen una posición sobre el tema. Voy a invitar a los electores a retirar sus votos a los candidatos que no han hecho un compromiso explícito con la inclusión del delito de feminicidio en el Código Penal.

La muerte de Casandre de Houria, su compañera de viaje, es sin duda un "caso policial" y es comprensible que sea analizado. Pero las condiciones abominables del asesinado son una negación de la mujer que merece una constante cobertura de los medios para proteger a los vulnerables.

Para aliviar mi dolor, le pregunté a Cristina Kirchner, presidenta de la República Argentina, la construcción de un monumento de piedra en el lugar donde Cassandra y Houria fueron asesinadas. Durante su reciente viaje a Francia, ella me dio garantías sobre este punto. En los sueños, me imagino esta estela como una ilustración de una amistad franco-argentino contra el delito de feminicidio. Me lo imagino como el primero de una serie que formará una corona alrededor de la Tierra testigo de la lucha sin descanso para defender la vida de las mujeres.

Gracias, Casandra, por infundirme tu generosidad, tu entusiasmo y tu corazón. Houria y, tú son, por tus familias, ángeles inseparables. También serán heroínas para todas las mujeres argentinas y francesas. Es mi deseo de que lo sean para todos los hombres argentinos y franceses".
(NA-Especial)

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