14 Septiembre 2011
UN PUNTO EN EL HORIZONTE. Conti señala la zona hacia donde se desplazó la embarcación. LA GACETA/FOTO DE JOSE INESTA
El catamarán Arquímides del dique El Cadillal corre peligro de hundirse, puesto que esta madrugada fue desamarrado y se desplazó unos 10 kilómetros hacia la costa opuesta al anfiteatro, hacia el sector conocido como la bahía El Cardúmen.
Uno de los propietarios de la embarcación, Mario Conti, explicó que la nave se encontraba en reparación. Amparados por la oscuridad de la noche, desconocidos soltaron los dos cables de acero de 20 milímetros que la inmovilizaban. "No pudo haberse soltado sola", expresó, compungido.
El empresario añadió que, ahora, el catamarán se encuentra encallado en una región arenosa, pero corre peligro de chocar contra piedras; de ser así, podría romperse el casco y hundirse. Según Conti, es la tercera vez en los seis años que lleva en funcionamiento el servicio turístico que sufre este tipo actos vandálicos. Además, contabiliza dos robos y varios ataques que ocasionaron roturas de vidrios.
"No sé si fue una travesura o alguien que por envidia o bronca con nosotros hace estas cosas. Pero quien lo hizo conoce el lugar y sabe por donde pasar para no ser visto", destacó Conti. El, además, está a cargo de la construcción del coplejo de aerosillas que se inaugurará en el verano, por lo que la obra tiene un sereno permanentemente. Pero no vio nada.
La zona, sumida en la oscuridad y la suciedad, no cuenta con un esquema de seguridad acorde a la geografía del sector, ni a las necesidades de vecinos y empresarios. Hay dos agentes por turno en el destacamento policial, sin vehículo, y durante el día hay personal de la Policía Lacustre.
Uno de los propietarios de la embarcación, Mario Conti, explicó que la nave se encontraba en reparación. Amparados por la oscuridad de la noche, desconocidos soltaron los dos cables de acero de 20 milímetros que la inmovilizaban. "No pudo haberse soltado sola", expresó, compungido.
El empresario añadió que, ahora, el catamarán se encuentra encallado en una región arenosa, pero corre peligro de chocar contra piedras; de ser así, podría romperse el casco y hundirse. Según Conti, es la tercera vez en los seis años que lleva en funcionamiento el servicio turístico que sufre este tipo actos vandálicos. Además, contabiliza dos robos y varios ataques que ocasionaron roturas de vidrios.
"No sé si fue una travesura o alguien que por envidia o bronca con nosotros hace estas cosas. Pero quien lo hizo conoce el lugar y sabe por donde pasar para no ser visto", destacó Conti. El, además, está a cargo de la construcción del coplejo de aerosillas que se inaugurará en el verano, por lo que la obra tiene un sereno permanentemente. Pero no vio nada.
La zona, sumida en la oscuridad y la suciedad, no cuenta con un esquema de seguridad acorde a la geografía del sector, ni a las necesidades de vecinos y empresarios. Hay dos agentes por turno en el destacamento policial, sin vehículo, y durante el día hay personal de la Policía Lacustre.
Esta tarde, se movilizarán en lanchas y camionetas 4x4 (desde Ticucho) hacia el lugar, a fin de rescatar la embarcación. El Cadillal es el mayor espejo de agua de la provincia. Está situado a 26 kilómetros del centro de la capital, yendo hacia el norte por la ruta 9. LA GACETA ©