14 Septiembre 2011
VISTA MARAVILLOSA. Desde el complejo edilicio se aprecia la magnitud del mismo y el verde del paisaje. LA GACETA / FOTOS DE JORGE ÁLVAREZ
MISA CONCELEBRADA .- El vicario de la Parroquia Cristo Divino Obrero de la ciudad de Tafí Viejo, Javier Suárez -a la derecha de la imagen-, concelebró la santa misa junto al padre Miguel, un sacerdote de la diócesis de Paraná (Entre Ríos). Ambos habían asistido a la Beatificación de Juan Pablo II.
El LOCO DE ASÍS.- Es un personaje que recorre descalzo las calles de la ciudad. Vestido con un atuendo confeccionado con bolsas de arpillera de yute, hace gala de una simpatía y erudición singular que le permite abordar a turistas alemanes o checos. Tras presentarse les pide 10 euros para elevar sus pedidos al Santo en sus súplicas. Según los mozos de los cafés, todos los meses se alza con una importante suma de dinero.
A PRUEBA DE FUMADORES.- Son las callecitas de la ciudad de Asís. Pequeñas, empinadas, con construcciones de siglos anteriores que muestras en sus ventanas las banderas que identificaban a las ciudades de la región en el Medioevo.
LA CALIDEZ DE LA GENTE.- Si bien la ciudad vive del turismo la gente hace gala de una amabilidad increíble. Es un lugar en donde el visitante puede hacer una consulta de cualquier índole al carabinieri, al mozo del bar o a la vendedora de souvenirs recibiendo la respuesta acompañada por una sonrisa. Y el pedido de que retorne pronto.
El LOCO DE ASÍS.- Es un personaje que recorre descalzo las calles de la ciudad. Vestido con un atuendo confeccionado con bolsas de arpillera de yute, hace gala de una simpatía y erudición singular que le permite abordar a turistas alemanes o checos. Tras presentarse les pide 10 euros para elevar sus pedidos al Santo en sus súplicas. Según los mozos de los cafés, todos los meses se alza con una importante suma de dinero.
A PRUEBA DE FUMADORES.- Son las callecitas de la ciudad de Asís. Pequeñas, empinadas, con construcciones de siglos anteriores que muestras en sus ventanas las banderas que identificaban a las ciudades de la región en el Medioevo.
LA CALIDEZ DE LA GENTE.- Si bien la ciudad vive del turismo la gente hace gala de una amabilidad increíble. Es un lugar en donde el visitante puede hacer una consulta de cualquier índole al carabinieri, al mozo del bar o a la vendedora de souvenirs recibiendo la respuesta acompañada por una sonrisa. Y el pedido de que retorne pronto.
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