10 Septiembre 2011
Uno de cada 20 tucumanos consume estimulantes o tranquilizantes. Con esta cifra, la provincia se ubica tercera en el alarmante ranking nacional de uso de psicofármacos sin indicación médica, según estadísticas del Indec, obtenidas en la Encuesta Nacional sobre Prevalencias de Consumo de Sustancias Psicoactivas.
Mujer y joven es el perfil del consumidor de pastillas. Los estimulantes y tranquilizantes son las sustancias tóxicas más usadas en Tucumán, después del tabaco y del alcohol. Los expertos señalan que los jóvenes mezclan todo tipo de fármacos con fines recreativos. Y otro dato alarmante salta a la vista en las salas de emergencias: muchos de los que llegan intoxicados confiesan que sacaron los fármacos del botiquín de su casa para mezclarlos con alcohol.
"Hoy hablamos de interacciones medicamentosas con alcohol, un fenómeno que se ve en forma constante", detalla el toxicólogo Alfredo Córdoba, titular del servicio de adicciones del municipio capitalino. "Se usa una cantidad impresionante de medicamentos de forma indebida: benzodiazepinas, anfetaminas, antibióticos, sedantes. También se combina todo con otras drogas, con el riesgo de que se pueda producir una muerte súbita", explica el especialista, quien no duda que los chicos buscan en sus casas los fármacos para una noche de diversión. "También existe venta clandestina y callejera de pastillas que se consumen con fines recreativos, para potenciar el efecto del alcohol", describe.
El impresionante acceso a la información sobre medicamentos, según Córdoba, es una causa de la automedicación. También el hecho de que muchos remedios no son expendidos por manos profesionales.
Mujer y joven es el perfil del consumidor de pastillas. Los estimulantes y tranquilizantes son las sustancias tóxicas más usadas en Tucumán, después del tabaco y del alcohol. Los expertos señalan que los jóvenes mezclan todo tipo de fármacos con fines recreativos. Y otro dato alarmante salta a la vista en las salas de emergencias: muchos de los que llegan intoxicados confiesan que sacaron los fármacos del botiquín de su casa para mezclarlos con alcohol.
"Hoy hablamos de interacciones medicamentosas con alcohol, un fenómeno que se ve en forma constante", detalla el toxicólogo Alfredo Córdoba, titular del servicio de adicciones del municipio capitalino. "Se usa una cantidad impresionante de medicamentos de forma indebida: benzodiazepinas, anfetaminas, antibióticos, sedantes. También se combina todo con otras drogas, con el riesgo de que se pueda producir una muerte súbita", explica el especialista, quien no duda que los chicos buscan en sus casas los fármacos para una noche de diversión. "También existe venta clandestina y callejera de pastillas que se consumen con fines recreativos, para potenciar el efecto del alcohol", describe.
El impresionante acceso a la información sobre medicamentos, según Córdoba, es una causa de la automedicación. También el hecho de que muchos remedios no son expendidos por manos profesionales.