Los ruidos y la violencia de una sociedad tienen relación directa

En el siglo III antes de Cristo algunas civilizaciones sugerían que, en lugar de ahorcar a los prisioneros, se los torturara con sonidos diversos hasta que enloquecieran y cayeran muertos. Asociar el ruido con sentimientos infernales no parece ser un error. "La violencia sonora es una de las peores formas de violencia", explica el otorrinolaringólogo Alberto Di Lella, quien sugiere a los tucumanos no acostumbrarnos al fragor actual de la ciudad. Explica que por arriba de los 85 dB el sonido ya produce molestias en los seres humanos. "Pero no significa que sí o sí va a sufrir daños. Todo depende de la persona y de la exposición a los ruidos", especifica. Para tener en cuenta, señala que los primeros daños aparecen con un zumbido permanente en el oído. Di Lella opina que tal vez es peor el daño psicológico que causa el estrépito. Los efectos son irritación, distracciones, frustración y violencia.

"La estabilidad emocional depende mucho del oído. El nivel de ruido y la agresividad de una sociedad tienen una relación directa", remarca. "Lo primero que debemos hacer en la ciudad es evitar los ruidos extremadamente altos, como los de las motos. Son vehículos pequeños que hacen un ruido tremendo. Creo que es necesario penalizar estos sonidos. Veo a los inspectores pedirles papeles a los motociclistas, pero no les dicen nada del ruido que provocan. Falta concientización; nos falta entender la gravedad de este problema", sostiene.