02 Septiembre 2011
El padre de Candela señaló a cinco sospechosos
El hombre dijo que si trataron de enviarle un mensaje con la muerte de la niña, es porque lo consideraban un informante de la Policía. La autopsia confirmó que a la pequeña la asesinaron entre el lunes a la noche y el martes a la mañana. La Justicia investiga el entorno familiar. "Fracasamos", dijo un fiscal.
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BUENOS AIRES.- "Si esto fue un vuelto para mí, cosa que no creo, es porque hicieron correr en el barrio que yo era buchón de la Federal", dijo el padre de Candela Rodríguez, y avivó aún más la incertidumbre de los investigadores sobre el móvil del brutal crimen.
Candela, de 11 años, fue secuestrada el 22 de agosto a la siesta, cuando se dirigía a una reunión del grupo de scouts al que pertenecía. Su madre, Carola Labrador, comenzó una intensa búsqueda que incluyó marchas, ofertas de recompensa y la adhesión de famosos que atendieron los teléfonos para recibir alguna información sobre la pequeña. Pero el miércoles, una cartonera encontró una bolsa en un descampado al costado de una autopista en Hurlingham, a 35 cuadras de la casa de Candela.
Desde entonces, fueron numerosas las hipótesis. Sin embargo, el fiscal General de Morón, Federico Nieva Woodgate, se animó a reconocer las fallas. "Un resultado como este debe ser asumido como un fracaso", admitió. El fiscal afirmó que están investigando si los padres de la niña ocultaron información. Sucede que el lunes a las 22, una tía de Candela atendió un llamado telefónico, en el que alertaban que si no devolvían el dinero, la pequeña no iba a aparecer.
"Estamos tratando de aclarar cómo es que no se nos dijo que hubiera alguna situación que el padre de Candela estuviera amenazada", manifestó Nieva Woodgate. Alfredo Rodríguez, padre de la víctima, pidió ayer ampliar la primera declaración que había brindado como testigo, y aportó cinco nombres de personas con las que tuvo conflictos. Según trascendió, dos de ellas serían ex parejas personas del círculo íntimo de la familia. Con uno de ellos, tuvo una pelea hace unos meses; el otro, estaría vinculado al narcotráfico.
Fuentes judiciales comentaron que padre de Candela escuchó varias veces la grabación, pero que recién en la octava vez dijo que le parecía conocida. Sin embargo, el hombre negó que tuviera alguna deuda, pero deslizó que el crimen de su hija podría vincularse con una venganza de alguien que pudo haberlo creído informante de la Policía.
Rodríguez estaba alojado en el penal de Magdalena y tras conocerse el homicidio de su hija fue llevado al de Ituzaingó, ya que aún le resta cumplir parte de una condena por "piratería del asfalto". Ayer, ante la Justicia, pidió ser trasladado nuevamente a Magdalena, aunque también solicitó que se le conceda arresto domiciliario o salidas transitorias, invocando razones de seguridad.
La Fiscalía aseguró que por ahora no quiere quedarse con ninguna hipótesis: aún no tiene "certeza" sobre la vinculación de la llamada extorsiva que se difundió, pero tampoco puede asegurar que los allegados de la víctima le hayan ocultado algo a los investigadores.
Los detectives hicieron una inspección, que habría incluido excavaciones, en una casa donde se sospecha que pudo haber estado secuestrada la nena, a la que se llegó por el testimonio de vecinos que habían reportado movimientos sospechosos.
La principal hipótesis para creer que la chica estuvo ahí es porque la autopsia reveló que habría comido guiso antes de morir y en esa vivienda se habrían encontrado restos de esa comida. Las policías Científica y de Investigaciones estuvieron trabajando en la vivienda de Kiernan 992, en Hurlingham, pero la supuesta dueña de la casa salió por radio a desmentir cualquier vinculación con los secuestradores.
Mientras tanto, buscan en las cintas de seguridad de las municipalidades de Morón y de Hurlingham datos del auto desde el cual habrían arrojado el cadáver a plena luz del día; en ese sentido, se registró a un vehículo blanco con el baúl levantado.
Por la mañana, los peritajes forenses confirmaron que Candela había muerto asfixiada entre la noche del lunes y las primeras horas del martes: le habían roto el cuello y, aunque estaba desnuda, no la habían violado.
El fiscal puso paños fríos sobre la posibilidad de que la razón de la muerte de Candela haya sido la llamada extorsiva que se recibió el lunes por la noche, a las 22. En esa llamada se decía: "Ahora sí que no la va a ver más... Hasta que no devuelva la guita no la va a ver nunca más. Que le pregunte al marido dónde dejó la guita", fue parte del mensaje que escuchó una tía de Candela.
Nieva Woodgate afirmó que apenas supieron de esa llamada investigaron desde dónde había sido realizada. Pero el hecho de que fuese efectuada desde un teléfono público de la Capital Federal impidió seguir avanzando. Los investigadores sospechan que la llamada fue después de asesinar a la nena, que el hombre que hablaba podría haber querido desviar la pesquisa e incluso que el mensaje pudo ser para la primera pareja de la madre y no para el papá de Candela.
El hombre, según se dejó trascender a los medios, estuvo en pareja hace 14 años con la mujer con la que tuvo un hijo que -sin embargo- habría sido reconocido legalmente por Rodríguez.
Su defensor, Andrés Rabinovich, rechazó las sospechas contra su cliente: dijo que sólo fue una relación ocasional y afirmó que si hubiera sido un mensaje para él habrían atentado contra el medio hermano de Candela y no contra la nena. Por lo pronto, se espera que en las próximas horas vuelva a declarar ante la fiscalía la mamá de Candela, para ver si puede aportar datos que permitan entender quién y por qué la mataron. (Especial)
Candela, de 11 años, fue secuestrada el 22 de agosto a la siesta, cuando se dirigía a una reunión del grupo de scouts al que pertenecía. Su madre, Carola Labrador, comenzó una intensa búsqueda que incluyó marchas, ofertas de recompensa y la adhesión de famosos que atendieron los teléfonos para recibir alguna información sobre la pequeña. Pero el miércoles, una cartonera encontró una bolsa en un descampado al costado de una autopista en Hurlingham, a 35 cuadras de la casa de Candela.
Desde entonces, fueron numerosas las hipótesis. Sin embargo, el fiscal General de Morón, Federico Nieva Woodgate, se animó a reconocer las fallas. "Un resultado como este debe ser asumido como un fracaso", admitió. El fiscal afirmó que están investigando si los padres de la niña ocultaron información. Sucede que el lunes a las 22, una tía de Candela atendió un llamado telefónico, en el que alertaban que si no devolvían el dinero, la pequeña no iba a aparecer.
"Estamos tratando de aclarar cómo es que no se nos dijo que hubiera alguna situación que el padre de Candela estuviera amenazada", manifestó Nieva Woodgate. Alfredo Rodríguez, padre de la víctima, pidió ayer ampliar la primera declaración que había brindado como testigo, y aportó cinco nombres de personas con las que tuvo conflictos. Según trascendió, dos de ellas serían ex parejas personas del círculo íntimo de la familia. Con uno de ellos, tuvo una pelea hace unos meses; el otro, estaría vinculado al narcotráfico.
Fuentes judiciales comentaron que padre de Candela escuchó varias veces la grabación, pero que recién en la octava vez dijo que le parecía conocida. Sin embargo, el hombre negó que tuviera alguna deuda, pero deslizó que el crimen de su hija podría vincularse con una venganza de alguien que pudo haberlo creído informante de la Policía.
Rodríguez estaba alojado en el penal de Magdalena y tras conocerse el homicidio de su hija fue llevado al de Ituzaingó, ya que aún le resta cumplir parte de una condena por "piratería del asfalto". Ayer, ante la Justicia, pidió ser trasladado nuevamente a Magdalena, aunque también solicitó que se le conceda arresto domiciliario o salidas transitorias, invocando razones de seguridad.
La Fiscalía aseguró que por ahora no quiere quedarse con ninguna hipótesis: aún no tiene "certeza" sobre la vinculación de la llamada extorsiva que se difundió, pero tampoco puede asegurar que los allegados de la víctima le hayan ocultado algo a los investigadores.
Los detectives hicieron una inspección, que habría incluido excavaciones, en una casa donde se sospecha que pudo haber estado secuestrada la nena, a la que se llegó por el testimonio de vecinos que habían reportado movimientos sospechosos.
La principal hipótesis para creer que la chica estuvo ahí es porque la autopsia reveló que habría comido guiso antes de morir y en esa vivienda se habrían encontrado restos de esa comida. Las policías Científica y de Investigaciones estuvieron trabajando en la vivienda de Kiernan 992, en Hurlingham, pero la supuesta dueña de la casa salió por radio a desmentir cualquier vinculación con los secuestradores.
Mientras tanto, buscan en las cintas de seguridad de las municipalidades de Morón y de Hurlingham datos del auto desde el cual habrían arrojado el cadáver a plena luz del día; en ese sentido, se registró a un vehículo blanco con el baúl levantado.
Por la mañana, los peritajes forenses confirmaron que Candela había muerto asfixiada entre la noche del lunes y las primeras horas del martes: le habían roto el cuello y, aunque estaba desnuda, no la habían violado.
El fiscal puso paños fríos sobre la posibilidad de que la razón de la muerte de Candela haya sido la llamada extorsiva que se recibió el lunes por la noche, a las 22. En esa llamada se decía: "Ahora sí que no la va a ver más... Hasta que no devuelva la guita no la va a ver nunca más. Que le pregunte al marido dónde dejó la guita", fue parte del mensaje que escuchó una tía de Candela.
Nieva Woodgate afirmó que apenas supieron de esa llamada investigaron desde dónde había sido realizada. Pero el hecho de que fuese efectuada desde un teléfono público de la Capital Federal impidió seguir avanzando. Los investigadores sospechan que la llamada fue después de asesinar a la nena, que el hombre que hablaba podría haber querido desviar la pesquisa e incluso que el mensaje pudo ser para la primera pareja de la madre y no para el papá de Candela.
El hombre, según se dejó trascender a los medios, estuvo en pareja hace 14 años con la mujer con la que tuvo un hijo que -sin embargo- habría sido reconocido legalmente por Rodríguez.
Su defensor, Andrés Rabinovich, rechazó las sospechas contra su cliente: dijo que sólo fue una relación ocasional y afirmó que si hubiera sido un mensaje para él habrían atentado contra el medio hermano de Candela y no contra la nena. Por lo pronto, se espera que en las próximas horas vuelva a declarar ante la fiscalía la mamá de Candela, para ver si puede aportar datos que permitan entender quién y por qué la mataron. (Especial)
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