27 Agosto 2011
ATADAS. Casi la mitad de las víctimas se quedan con el acosador porque no tienen adónde ir, afirma Noé.
"Tuve que irme con mis hijos (dos mujeres y un varón) literalmente huyendo. Alquilé una casita semiderruida, porque el sueldo no me da para más. La consigna es que él no sepa nuestra nueva dirección", cuenta Nilda M, una profesional de la salud a quien le llevó 10 largos años darse cuenta de que no podía seguir cohabitando con un marido golpeador. La historia de Nilda se repite entre miles de mujeres a las que la falta de casa propia (entre otros factores) les impide decidir la separación.
Fátima, de 40 años, casi desocupada, le aporta mayor dramatismo al tema: "a mi edad, si no estás en el circuito formal de empleo, es casi imposible alquilar, y mucho menos comprar. De modo que un programa como el que están impulsando en La Plata tiene que venir con una especie de subsidio; o con un estímulo de empleo", evalúa Fátima, que por ahora vive "en casas de amigos".
Hace unos días, la Legislatura de la provincia de Buenos Aires dio media sanción a una iniciativa para que en los barrios gestionados por el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) se destine un cupo del 5% de las casas para víctimas de la violencia doméstica. En Tucumán no hay por ahora una iniciativa así. Pero sí hay cupos para madres solteras, así como los hay para discapacitados, para jubilados y para combatientes de Malvinas, además de acuerdos específicos con gremios para cupos en planes federales, apuntó el titular del IPV tucumano, Gustavo Durán.
El funcionario muestra cómo la "feminización de la sociedad" impactó en las políticas de vivienda. "Sobre 100 casas, cinco deben ser para madres solteras, que deben venir con la partida de nacimiento del hijo. Y ese cupo se cubre con holgura. Sobre 1.000 viviendas, le aseguro que 100 son ocupadas por madres solteras. La madre soltera es un factor importante en los planes de vivienda", afirma Durán.
Según estadísticas del Observatorio de la Mujer, más del 47% de las mujeres atendidas en ese organismo no tienen resuelto el tema habitacional; la mayoría vive en viviendas cedidas por un familiar, compartida o alquilada; o que, en no pocos casos (si son víctimas de violencia doméstica) pertenecen a la familia del agresor. Todas esas situaciones, sostiene Susana Noé, son barreras a la posibilidad de emancipación de la mujer.
La responsable del Observatorio subraya la importancia de la iniciativa que ha puesto en marcha la Legislatura bonaerense: "muchas mujeres no se animan a denunciar la situación que padecen porque no tienen dónde vivir". Noé apunta que el tema no es nuevo: desde la comisión interministerial de acciones para la Mujer, que integran representantes de todos los ministerios que trabajan con la problemática, se viene evaluando la factibilidad de una ley nacional de cupo de vivienda para mujeres víctimas de la violencia doméstica.
Mientras tanto, en Tucumán, ¿adónde se refugian las mujeres víctimas de violencia que no tienen vivienda? En muchas ciudades argentinas, los Estados provinciales o municipales han construido refugios destinados a ese sector. En Tucumán no hay consenso acerca de que los refugios especialmente habilitados e identificados como tales sean la mejor opción, porque favorece la visibilización de la víctima.
Emergencia
"Cada caso tiene sus particularidades. En Tucumán hay un Fondo de Emergencia para las mujeres en situación de violencia. Y hay un dispositivo de protección para ellas. No se dice dónde está el refugio para que no se enteren los agresores. Este tema se está trabajando en el interior de la provincia para que los avances no se produzcan sólo en la Capital. La gente sabe que cuenta con el fondo, y como las localidades del interior son chicas, se trata de que la víctima se mude a otra localidad", explica Noé.
Pero, ¿cuánto tiempo pueden estar viviendo ellas en tránsito permanente? "No hay que olvidar que si se logra que el agresor salga de la casa, ella vuelve, o se inicia el tránsito a su emancipación, y se ayuda en la búsqueda de un lugar donde vivir. Con el fondo se ha contribuido a solventar 10 alojamientos de mujeres que viven en pensiones, alquilando dos piezas", explicó Noé.
"Me parece una propuesta interesante gestionar un cupo por medio del IPV; pero que la propuesta del postulante sea por medio del organismo técnico que atiende a la mujer en situación de violencia -agregó-. En muchos países, en caso de comprobarse la situación de violencia, las mujeres acceden a subsidios o puestos de trabajo".
Fátima, de 40 años, casi desocupada, le aporta mayor dramatismo al tema: "a mi edad, si no estás en el circuito formal de empleo, es casi imposible alquilar, y mucho menos comprar. De modo que un programa como el que están impulsando en La Plata tiene que venir con una especie de subsidio; o con un estímulo de empleo", evalúa Fátima, que por ahora vive "en casas de amigos".
Hace unos días, la Legislatura de la provincia de Buenos Aires dio media sanción a una iniciativa para que en los barrios gestionados por el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) se destine un cupo del 5% de las casas para víctimas de la violencia doméstica. En Tucumán no hay por ahora una iniciativa así. Pero sí hay cupos para madres solteras, así como los hay para discapacitados, para jubilados y para combatientes de Malvinas, además de acuerdos específicos con gremios para cupos en planes federales, apuntó el titular del IPV tucumano, Gustavo Durán.
El funcionario muestra cómo la "feminización de la sociedad" impactó en las políticas de vivienda. "Sobre 100 casas, cinco deben ser para madres solteras, que deben venir con la partida de nacimiento del hijo. Y ese cupo se cubre con holgura. Sobre 1.000 viviendas, le aseguro que 100 son ocupadas por madres solteras. La madre soltera es un factor importante en los planes de vivienda", afirma Durán.
Según estadísticas del Observatorio de la Mujer, más del 47% de las mujeres atendidas en ese organismo no tienen resuelto el tema habitacional; la mayoría vive en viviendas cedidas por un familiar, compartida o alquilada; o que, en no pocos casos (si son víctimas de violencia doméstica) pertenecen a la familia del agresor. Todas esas situaciones, sostiene Susana Noé, son barreras a la posibilidad de emancipación de la mujer.
La responsable del Observatorio subraya la importancia de la iniciativa que ha puesto en marcha la Legislatura bonaerense: "muchas mujeres no se animan a denunciar la situación que padecen porque no tienen dónde vivir". Noé apunta que el tema no es nuevo: desde la comisión interministerial de acciones para la Mujer, que integran representantes de todos los ministerios que trabajan con la problemática, se viene evaluando la factibilidad de una ley nacional de cupo de vivienda para mujeres víctimas de la violencia doméstica.
Mientras tanto, en Tucumán, ¿adónde se refugian las mujeres víctimas de violencia que no tienen vivienda? En muchas ciudades argentinas, los Estados provinciales o municipales han construido refugios destinados a ese sector. En Tucumán no hay consenso acerca de que los refugios especialmente habilitados e identificados como tales sean la mejor opción, porque favorece la visibilización de la víctima.
Emergencia
"Cada caso tiene sus particularidades. En Tucumán hay un Fondo de Emergencia para las mujeres en situación de violencia. Y hay un dispositivo de protección para ellas. No se dice dónde está el refugio para que no se enteren los agresores. Este tema se está trabajando en el interior de la provincia para que los avances no se produzcan sólo en la Capital. La gente sabe que cuenta con el fondo, y como las localidades del interior son chicas, se trata de que la víctima se mude a otra localidad", explica Noé.
Pero, ¿cuánto tiempo pueden estar viviendo ellas en tránsito permanente? "No hay que olvidar que si se logra que el agresor salga de la casa, ella vuelve, o se inicia el tránsito a su emancipación, y se ayuda en la búsqueda de un lugar donde vivir. Con el fondo se ha contribuido a solventar 10 alojamientos de mujeres que viven en pensiones, alquilando dos piezas", explicó Noé.
"Me parece una propuesta interesante gestionar un cupo por medio del IPV; pero que la propuesta del postulante sea por medio del organismo técnico que atiende a la mujer en situación de violencia -agregó-. En muchos países, en caso de comprobarse la situación de violencia, las mujeres acceden a subsidios o puestos de trabajo".
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