26 Agosto 2011
"El tono de los cuencos de cristal produce un campo de sonido vibracional que resuena con la luz de los chacras. Cada sonido corresponde a un área específica del cuerpo", explica Gustavo Escalante. Según el hinduísmo y algunas culturas asiáticas, los chacras son siete centros de energía ubicados en distintas partes del cuerpo humano a lo largo de la espina dorsal, comenzando por el coxis y terminando por la coronilla.
"El cuarzo puro contiene todo el espectro de luz relacionado con los siete colores del arco iris y con los siete centros de energía (chacras). De esta forma, al escuchar el sonido de los cuencos estos nos van armonizando, induciendo luz pura a través del sonido y colores específicos en el aura (energía que rodea a las personas y que es representada como una corona en el caso de los santos)", comenta.
"Los cuencos de cristales actúan como amplificadores. A partir de la resonancia cristalina se generan ondas de frecuencia en nuestro cerebro que inducen a un viaje interior. A veces, la sensación de armonía es inmediata, y en otros casos va actuando en forma pausada, hasta que en algún momento la persona comienza a sentirse bien", añadió Escalante.
Al tomar registro de las ondas producidas por los cuencos se descubrió que los patrones eran equivalentes a las ondas alfa que produce el cerebro en estado de relajación profunda. De allí que al escuchar estos sonidos haya una sensación de distensión total. También destacó que el cuarzo tiene una afinidad natural con el cuerpo. "Estamos formados por sustancias de estructuras cristalinas, como el líquido cristalocoidal del cerebro -ejemplificó-. Es indudable que hay una gran afinidad, de allí que es tan fácil lograr la armonía con cuarzo".
"El cuarzo puro contiene todo el espectro de luz relacionado con los siete colores del arco iris y con los siete centros de energía (chacras). De esta forma, al escuchar el sonido de los cuencos estos nos van armonizando, induciendo luz pura a través del sonido y colores específicos en el aura (energía que rodea a las personas y que es representada como una corona en el caso de los santos)", comenta.
"Los cuencos de cristales actúan como amplificadores. A partir de la resonancia cristalina se generan ondas de frecuencia en nuestro cerebro que inducen a un viaje interior. A veces, la sensación de armonía es inmediata, y en otros casos va actuando en forma pausada, hasta que en algún momento la persona comienza a sentirse bien", añadió Escalante.
Al tomar registro de las ondas producidas por los cuencos se descubrió que los patrones eran equivalentes a las ondas alfa que produce el cerebro en estado de relajación profunda. De allí que al escuchar estos sonidos haya una sensación de distensión total. También destacó que el cuarzo tiene una afinidad natural con el cuerpo. "Estamos formados por sustancias de estructuras cristalinas, como el líquido cristalocoidal del cerebro -ejemplificó-. Es indudable que hay una gran afinidad, de allí que es tan fácil lograr la armonía con cuarzo".
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