23 Agosto 2011
ABATIMIENTO Y DESGANO. Son dos de los síntomas típicos de la depresión, un mal del que es posible salir reforzando la autoestima y la asertividad. 2.BP.BLOGSPOT.COM
BUENOS AIRES.- Tristeza, abatimiento y desgano; desvaloración que hace el sujeto de sí mismo, retracción y pérdida de interés por el mundo externo son algunos de los síntomas de la depresión.
Trastornos del sueño (insomnio o hipersomnia), trastornos en la alimentación (anorexia o hiperfagia) y disminución del deseo sexual también podrían estar indicando que una persona está depresiva.
Diferentes estudios vienen revelando que en los últimos años el perfil de las personas que piden ayuda para salir de la depresión son más jóvenes: tienen entre 18 y 30 años, y la principal causa es la situación económica.
"Está demostrado que la prevalencia de la depresión en la mujer es dos veces superior que en el hombre, aunque en niños la proporción es similar en ambos sexos, o incluso con un predominio en los varones. En general, se han detectado tasas más altas de depresión en las mujeres casadas que entre los hombres casados", afirma Gustavo Fos, licenciado en psicología, terapeuta familiar y coordinador del área de depresión de la Escuela Sistémica Argentina (ESA).
"Las hipótesis de la prevalencia de la mujer por sobre el hombre en el enfermar depresivo se agrupan en torno de tres hipótesis: la social, la biológica y la estadística", asevera Fos.
* Social: la mujer en su rol de cuidadora delegaría su propio cuidado en función de los otros y podría sentirse, además, socialmente menos reconocida.
* Biológica: las hormonas femeninas protegen de la disfunción degenerativa y del estrés, mejoran el ánimo y la ansiedad, pero su naturaleza cíclica durante la vida fértil parece relacionarse con la mayor vulnerabilidad femenina a la depresión y la ansiedad.
* Estadística: las mujeres pueden tener mayor predisposición para consultar y mayor sensibilidad frente a los síntomas depresivos y ansiosos.
Estrategias
El especialista destacó: "el modelo para la intervención en la depresión en la Escuela Sistémica Argentina apunta a tres niveles de trabajo: individual, pareja y familia, organizando las combinaciones necesarias, lo cual depende de cada caso".
"El primer reto del terapeuta será conseguir, ya desde la primera entrevista, despertar o aumentar una actitud activa. Las estrategias estarán orientadas a reforzar la autoestima, la asertividad, así como nuevos aprendizajes necesarios para el manejo de las emociones y su conexión con los pensamientos y las acciones", explicó el psicólogo.
Además, el experto subrayó que la terapia sistémica se caracteriza "por una postura colaboradora, invita al paciente a cooperar, a preguntar, a dar retroalimentación".
"Creemos que la depresión es un fenómeno construido socialmente, una aproximación contextual tiene que contemplar como se desenvuelve la persona deprimida en una variedad de contextos que incluyen a la pareja y a la familia", añadió Fos. (NA)
El afectado debe buscar ayuda
Es importante reconocer los factores interpersonales y los conflictos ambientales, y la posible necesidad e interés en indagar acerca de la búsqueda de soluciones a través de la psicoterapia.
Ante la aparición de los síntomas, creer en la posibilidad que sea una enfermedad y consular a un especialista.
No tratar de arreglárselas por sus propios medios y en soledad.
Saber que el proceso de recuperación puede ser intermitente y estar sujeto a recaídas.
No considerar su padecimiento como una falla.
Evitar la realización de tareas complejas y la toma de decisiones importantes.
La familia cumple un rol clave
Disminuir el estrés, la preocupación, la culpa o la ira en relación a la enfermedad.
Estimular la capacidad de equilibrar la necesidad de responder a los requerimientos del paciente con la necesidad de protegerse uno mismo de la depresión.
Saber que pedir ayuda es ya un método eficaz de establecer un contacto inicial.
No interpretar los síntomas de retraimiento, fatiga, libido disminuida como reflejo de falta de afecto.
Pedirle al paciente "que se anime", "que no esté triste", "que intente ser feliz", puede incrementar su culpa.
Ser conscientes de la importancia de la familia como socia en el tratamiento.
Trastornos del sueño (insomnio o hipersomnia), trastornos en la alimentación (anorexia o hiperfagia) y disminución del deseo sexual también podrían estar indicando que una persona está depresiva.
Diferentes estudios vienen revelando que en los últimos años el perfil de las personas que piden ayuda para salir de la depresión son más jóvenes: tienen entre 18 y 30 años, y la principal causa es la situación económica.
"Está demostrado que la prevalencia de la depresión en la mujer es dos veces superior que en el hombre, aunque en niños la proporción es similar en ambos sexos, o incluso con un predominio en los varones. En general, se han detectado tasas más altas de depresión en las mujeres casadas que entre los hombres casados", afirma Gustavo Fos, licenciado en psicología, terapeuta familiar y coordinador del área de depresión de la Escuela Sistémica Argentina (ESA).
"Las hipótesis de la prevalencia de la mujer por sobre el hombre en el enfermar depresivo se agrupan en torno de tres hipótesis: la social, la biológica y la estadística", asevera Fos.
* Social: la mujer en su rol de cuidadora delegaría su propio cuidado en función de los otros y podría sentirse, además, socialmente menos reconocida.
* Biológica: las hormonas femeninas protegen de la disfunción degenerativa y del estrés, mejoran el ánimo y la ansiedad, pero su naturaleza cíclica durante la vida fértil parece relacionarse con la mayor vulnerabilidad femenina a la depresión y la ansiedad.
* Estadística: las mujeres pueden tener mayor predisposición para consultar y mayor sensibilidad frente a los síntomas depresivos y ansiosos.
Estrategias
El especialista destacó: "el modelo para la intervención en la depresión en la Escuela Sistémica Argentina apunta a tres niveles de trabajo: individual, pareja y familia, organizando las combinaciones necesarias, lo cual depende de cada caso".
"El primer reto del terapeuta será conseguir, ya desde la primera entrevista, despertar o aumentar una actitud activa. Las estrategias estarán orientadas a reforzar la autoestima, la asertividad, así como nuevos aprendizajes necesarios para el manejo de las emociones y su conexión con los pensamientos y las acciones", explicó el psicólogo.
Además, el experto subrayó que la terapia sistémica se caracteriza "por una postura colaboradora, invita al paciente a cooperar, a preguntar, a dar retroalimentación".
"Creemos que la depresión es un fenómeno construido socialmente, una aproximación contextual tiene que contemplar como se desenvuelve la persona deprimida en una variedad de contextos que incluyen a la pareja y a la familia", añadió Fos. (NA)
El afectado debe buscar ayuda
Es importante reconocer los factores interpersonales y los conflictos ambientales, y la posible necesidad e interés en indagar acerca de la búsqueda de soluciones a través de la psicoterapia.
Ante la aparición de los síntomas, creer en la posibilidad que sea una enfermedad y consular a un especialista.
No tratar de arreglárselas por sus propios medios y en soledad.
Saber que el proceso de recuperación puede ser intermitente y estar sujeto a recaídas.
No considerar su padecimiento como una falla.
Evitar la realización de tareas complejas y la toma de decisiones importantes.
La familia cumple un rol clave
Disminuir el estrés, la preocupación, la culpa o la ira en relación a la enfermedad.
Estimular la capacidad de equilibrar la necesidad de responder a los requerimientos del paciente con la necesidad de protegerse uno mismo de la depresión.
Saber que pedir ayuda es ya un método eficaz de establecer un contacto inicial.
No interpretar los síntomas de retraimiento, fatiga, libido disminuida como reflejo de falta de afecto.
Pedirle al paciente "que se anime", "que no esté triste", "que intente ser feliz", puede incrementar su culpa.
Ser conscientes de la importancia de la familia como socia en el tratamiento.