"En el discurso oficial ya no hay enemigos"

"En el discurso oficial ya no hay enemigos"

El analista apuntó que el uso del luto más una ola de consumo fomentada por el Gobierno ayudaron al triunfo del kircherismo. El historiador y columnista del diario La Nación dijo que el sistema de partidos "está pulverizado". Los ecos de la crisis de 2001.

ALGUNAS CLAVES DEL MOMENTO HISTORICO. Pagni dijo que la economía funciona mejor que en 2001 pero no se ha logrado restaurar el sistema de partidos políticos. LA GACETA / FOTO DE HECTOR PERALTA ALGUNAS CLAVES DEL MOMENTO HISTORICO. Pagni dijo que la economía funciona mejor que en 2001 pero no se ha logrado restaurar el sistema de partidos políticos. LA GACETA / FOTO DE HECTOR PERALTA
17 Agosto 2011
Menos conflictividad explícita que la que pregonaba y ejercía Néstor Kirchner; un uso inteligente del luto ("que genera empatía") y la ilusión de que hubo un cambio de gabinete ("la ficción de que a Moreno, De Vido y Fernández, los reemplazó un equipo de "técnicos universitarios".) Esos son, en criterio del analista Carlos Pagni, tres de los factores que pueden ayudar a entender el triunfo de Cristina Fernández de Kirchner en las elecciones del domingo último. Súmese a ello, dijo,  una ola de consumo a la que calificó de "inquietante ," y "fomentada por el gobierno"; y la ausencia de una oposición, con un sistema de partidos "pulverizado", en parte como arrastre de la crisis de 2001.
"Para entender la cotidianeidad hace falta recordar cuestiones obvias; que a veces se pierden de vista cuando se hacen diagnósticos: lo obvio es que la Argentina está sumida desde hace 10 años en una crisis política de una enorme magnitud. En el 2001 se produjo un triple derrumbe: el del gobierno de De la Rúa, el de un sistema político y el de la convertibilidad", graficó anoche Pagni, en su análisis sobre el mapa electoral argentino. El historiador y analista político del diario La Nación disertó anoche en el Virla, en el marco del ciclo de conferencias de LA GACETA.
Ahora hay un "hípergobierno";  hemos logrado restaurar el orden económico, no sé si hemos logrado normalizar la economía. De hecho, hay una economía que funciona mejor que la de 2001. Pero no hemos repuesto el sistema político, y contamos con partidos pulverizados, incapaces de convertirse en alternativas de gobierno ("con un reyezuelo en su propia comarca", expresó, aludiendo así a las luchas de personalismos que se vieron en una oposición que se presentó, como se sabe, fragmentada).
En su diagnóstico sobre la debilidad de la oposición, recordó que este año electoral "se llevó seis biografías: Cobos, Sanz, Solanas, Macri, Duhalde (tuvo que suspender una interna),  Solá...". La explicación a esa situación, según Pagni, hay que rastrearla en "el menosprecio a un factor básico de la política, que es la organización de una estructura".
En su lectura de la crisis de los partidos políticos, apuntó que a la dirigencia argentina, históricamente, la tranquiliza  "encontrar a alguien que manda, para no dudar de dónde está el poder". Recordó cómo el conflicto entre Kirchner y el campo coincidió con el enfrentamiento entre el ex presidente y el resto del peronismo.  "Al problema lo liquidó la biología con la muerte de Kirchner", remarcó el disertante.
"La Presidenta, a partir de la muerte de su esposo suprimió al enemigo en sus discursos. Ya no hay más enemigos en el discurso oficial; ahora, el discurso consiste en comunicar una victoria", remarcó Pagni. En su análisis de los factores que coadyudaron al triunfo del kircherismo, apuntó que hay "una impresión de recuperación económica". "La gente -afirmó - se olvidó del 2009". "Estos niveles de consumo ya no se sostienen con productos nacionales. Hay que importar; y eso genera un problema por la salida de capitales: Falta inversión. Y ningún inversor -destacó - se anima a invertir en una sociedad cuyo sistema político muestra tanta fragilidad".

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