05 Agosto 2011
AREA CERRADA. Los indignados no lograron recuperar la Puerta del Sol, que era epicentro de las protestas. REUTERS
MADRID, España.- "No pueden 200 personas poner patas arriba la ciudad", sostuvo el candidato socialista a la Presidencia de España, Alfredo Pérez Rubalcaba, al defender hoy la actuación de la Policía contra los indignados que marcharon en Madrid hasta el Ministerio del Interior que ocupó hasta hace pocas semanas.
Los enfrentamientos causaron 20 heridos con contusiones y golpes (siete de ellos son agentes policiales) y cuatro detenidos, entre los que se cuenta un periodista. Los movilizados, en tanto, anunciaron que denunciarán a las fuerzas de seguridad por los incidentes y reclamaron la inmediata renuncia del actual ministro, Antonio Camacho, y de la delegada del Gobierno en Madrid, Dolores Carrión.
Pérez Rubalcaba negó que los efectivos tengan cualquier tipo de responsabilidad: "si las manifestaciones son pacíficas, la Policía es tolerante, porque son inteligentes; pero si hay violencia, tiene que actuar". En cambio, desde los indignados se refutó ese criterio, al señalar que se debería haber evitado el ataque policial, calificado de repentino y desproporcionado ante una movilización que, según los convocantes, era pacífica.
“Fue una carga indiscriminada contra la sociedad civil. No hubo ningún ataque por parte de los manifestantes, se puede ver en los videos y fotos que fue la Policía la que reprimió sin aviso”, afirmó Joan Aguirre.
El diputado de Izquierda Unida (IU), Gaspar Llamazares, acusó al bipartidismo que integran los socialistas y la derecha del Partido Popular de querer acabar con el símbolo de la indignación.
Las marchas se vienen repitiendo diariamente desde que el martes se desalojó a los últimos acampantes de la Puerta del Sol. En reiteradas ocasiones, sin éxito, los movilizados intentaron recuperar esa plaza, símbolo de las protestas que comenzaron el 15 de mayo por un cambio en el modelo político y social y contra la crisis económica.
Los indignados convocaron para hoy a una nueva jornada de protesta, esta vez en repudio a los incidentes.(DPA-Télam)
Los enfrentamientos causaron 20 heridos con contusiones y golpes (siete de ellos son agentes policiales) y cuatro detenidos, entre los que se cuenta un periodista. Los movilizados, en tanto, anunciaron que denunciarán a las fuerzas de seguridad por los incidentes y reclamaron la inmediata renuncia del actual ministro, Antonio Camacho, y de la delegada del Gobierno en Madrid, Dolores Carrión.
Pérez Rubalcaba negó que los efectivos tengan cualquier tipo de responsabilidad: "si las manifestaciones son pacíficas, la Policía es tolerante, porque son inteligentes; pero si hay violencia, tiene que actuar". En cambio, desde los indignados se refutó ese criterio, al señalar que se debería haber evitado el ataque policial, calificado de repentino y desproporcionado ante una movilización que, según los convocantes, era pacífica.
“Fue una carga indiscriminada contra la sociedad civil. No hubo ningún ataque por parte de los manifestantes, se puede ver en los videos y fotos que fue la Policía la que reprimió sin aviso”, afirmó Joan Aguirre.
El diputado de Izquierda Unida (IU), Gaspar Llamazares, acusó al bipartidismo que integran los socialistas y la derecha del Partido Popular de querer acabar con el símbolo de la indignación.
Las marchas se vienen repitiendo diariamente desde que el martes se desalojó a los últimos acampantes de la Puerta del Sol. En reiteradas ocasiones, sin éxito, los movilizados intentaron recuperar esa plaza, símbolo de las protestas que comenzaron el 15 de mayo por un cambio en el modelo político y social y contra la crisis económica.
Los indignados convocaron para hoy a una nueva jornada de protesta, esta vez en repudio a los incidentes.(DPA-Télam)
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