02 Agosto 2011
ALMA DE CURADOR. Mamondes es especialista en arropes. LA GACETA / FOTOS DE ALVARO MEDINA
Enrique Mamondes asegura que el pasado fue un año de buenas cosechas, que la "Mama Pacha" les fue generosa no sólo para alimentarlos, sino también para pasar este invierno sanos. Porque la Madre Tierra, por todos lados, regala remedios para calmar los males que no siempre ella causa. "Cada familia en el valle tiene sus propios métodos y siempre hay algunos yuyitos guardados para curarnos del estómago, de la gripe, del empacho...", adelanta Mamondes, esposo de Ernestina Balderrama y yerno doña Felisa Balderrama, conocida por ser dueña de las coplas más pícaras y ácidas de Amaicha del Valle. En la víspera del Día de la Pachamama, preparaban su casa para recibir a los invitados y venerar a la Madre Tierra.
"Mi especialidad son los arropes: el de chañar y el de algarroba, que son remedios muy buenos para cuando uno anda mal de los bronquios. Una cucharadita de eso y si se puede mezclar con un poco de aguardiente mejor, y se va la tos molesta; es un poderoso broncodilatador", explica y muestra los frutos que quedaron de la copiosa producción que logró este año. Con eso, cuenta, se asegura la salud de sus nueve hijos, de los vecinos que lo necesiten y también deja una parte para la venta.
"Todas las familias tienen su yurito (una vasija de boca pequeña y con tapa) donde se reservan algo de arrope para los años de sequía, en los que no llueve ni se cultiva nada, para poder estar sanos en el invierno", explica.
Entre los yuyos que conforman su farmacia natural, están la muña muña, buena para la circulación y por ende para la digestión (entre otras cualidades menos sanctas); la chachacoma, que haciendo un quemadillo y mezclándola con aguardiente y vino hace que la gripe desaparezca con la transpiración; y el espinillo, también para el estómago. En sus mates cebados tampoco falta el arcayuyo. "También usamos grasa de puma y de suri para aliviar los dolores. Uno se frota en los lugares donde duele, en los huesos sobre todo, y se van los dolores. La grasa de burro, en cambio, se la usa cocida y se la mezcla con el arrope de chañar o de algarroba para curar más rápido de los bronquios", dice Mamondes.
"Mi especialidad son los arropes: el de chañar y el de algarroba, que son remedios muy buenos para cuando uno anda mal de los bronquios. Una cucharadita de eso y si se puede mezclar con un poco de aguardiente mejor, y se va la tos molesta; es un poderoso broncodilatador", explica y muestra los frutos que quedaron de la copiosa producción que logró este año. Con eso, cuenta, se asegura la salud de sus nueve hijos, de los vecinos que lo necesiten y también deja una parte para la venta.
"Todas las familias tienen su yurito (una vasija de boca pequeña y con tapa) donde se reservan algo de arrope para los años de sequía, en los que no llueve ni se cultiva nada, para poder estar sanos en el invierno", explica.
Entre los yuyos que conforman su farmacia natural, están la muña muña, buena para la circulación y por ende para la digestión (entre otras cualidades menos sanctas); la chachacoma, que haciendo un quemadillo y mezclándola con aguardiente y vino hace que la gripe desaparezca con la transpiración; y el espinillo, también para el estómago. En sus mates cebados tampoco falta el arcayuyo. "También usamos grasa de puma y de suri para aliviar los dolores. Uno se frota en los lugares donde duele, en los huesos sobre todo, y se van los dolores. La grasa de burro, en cambio, se la usa cocida y se la mezcla con el arrope de chañar o de algarroba para curar más rápido de los bronquios", dice Mamondes.