30 Julio 2011
A luchar por la justicia
Steve Rogers es un joven esmirriado y débil, pero dotado de un espíritu combativo que lo lleva a querer alistarse (sin éxito) en el ejército norteamericano en la Segunda Guerra Mundial. Un experimento científico lo convertirá en el Capitán América, un invencible héroe nacional.
CAPITAN AMERICA | Aventuras - PM13 125'
El director Joe Johnston podría haberse contentado con hacer una película más para sumarla a la gran cantidad de títulos que han reflotado a una impresionante cantidad de héroes de historieta, ciñéndose a lo que se supone que la mayor parte del público espera cuando concurre a ver este tipo de cine. Es decir, mucha destrucción, profusión de efectos especiales y espectaculares escenas de acción. Sin embargo, el realizador se toma su tiempo para relatar prolijamente los antecedentes del personaje y sus tribulaciones cuando, infructuosamente, trata de sumarse a las filas del ejército para pelear por su patria en la guerra contra Hitler. Apoyado en una ambientación excelente de los años ?40, Johnston sorprende con esa parte del relato casi tanto como con la apariencia que logra (a través de un doblaje técnicamente perfecto) para el protagonista. Chris Evans muestra entonces un físico enclenque que contrasta con los músculos trabajados del Capitán América, en el que se convertirá por obra y gracia de un experimento científico. Ya con las características del héroe, tendrá que pasar por un "purgatorio" como artista de teatro encargado de inflamar el espíritu patriótico de sus connacionales (con el objetivo de que compren bonos para financiar la guerra) antes de pasar a la acción y ocuparse personalmente de destruir a la siniestra organización Hydra, integrada por los más nazis entre los nazis, que pretende apoderarse de todo el planeta, Alemania incluida.
Los guionistas se han ocupado de suavizar las características más patrioteras del personaje, a través de (por ejemplo) un par de números musicales que recrean con muy buenas armas y bastante humor el espíritu de la época. Las escenas de acción están perfectamente logradas y dosificadas con buen criterio dentro del ritmo del relato. De manera que las dos horas de película transcurren sin sobresaltos. El final, por supuesto, no es otra cosa que una invitación masiva a ver "Los vengadores" el año que viene.
El director Joe Johnston podría haberse contentado con hacer una película más para sumarla a la gran cantidad de títulos que han reflotado a una impresionante cantidad de héroes de historieta, ciñéndose a lo que se supone que la mayor parte del público espera cuando concurre a ver este tipo de cine. Es decir, mucha destrucción, profusión de efectos especiales y espectaculares escenas de acción. Sin embargo, el realizador se toma su tiempo para relatar prolijamente los antecedentes del personaje y sus tribulaciones cuando, infructuosamente, trata de sumarse a las filas del ejército para pelear por su patria en la guerra contra Hitler. Apoyado en una ambientación excelente de los años ?40, Johnston sorprende con esa parte del relato casi tanto como con la apariencia que logra (a través de un doblaje técnicamente perfecto) para el protagonista. Chris Evans muestra entonces un físico enclenque que contrasta con los músculos trabajados del Capitán América, en el que se convertirá por obra y gracia de un experimento científico. Ya con las características del héroe, tendrá que pasar por un "purgatorio" como artista de teatro encargado de inflamar el espíritu patriótico de sus connacionales (con el objetivo de que compren bonos para financiar la guerra) antes de pasar a la acción y ocuparse personalmente de destruir a la siniestra organización Hydra, integrada por los más nazis entre los nazis, que pretende apoderarse de todo el planeta, Alemania incluida.
Los guionistas se han ocupado de suavizar las características más patrioteras del personaje, a través de (por ejemplo) un par de números musicales que recrean con muy buenas armas y bastante humor el espíritu de la época. Las escenas de acción están perfectamente logradas y dosificadas con buen criterio dentro del ritmo del relato. De manera que las dos horas de película transcurren sin sobresaltos. El final, por supuesto, no es otra cosa que una invitación masiva a ver "Los vengadores" el año que viene.
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