"Se pierde mucho tiempo en tratar de escribir lo que ya fue escrito"

"Se pierde mucho tiempo en tratar de escribir lo que ya fue escrito"

El escritor Carlos Carbone presentó en Tucumán su libro "Áspid". "El desafío está en desafectarnos del paisaje", señaló

26 Julio 2011
Dice que está en medio de un proceso de cambio. Como una serpiente que muta de piel. Por eso, en su último libro de poemas titulado "Áspid", habitan textos que retratan sus dolores, certezas y esperanzas. Esos mismos textos fueron presentados en el encuentro Letrarte 2011 con gran repercusión. "Creo que, como le pasa a una áspid, estoy cambiando la piel para poder seguir viviendo", confiesa Carlos Carbone, quien fue director de la Biblioteca San Martín y, actualmente, integra la agrupación "La sociedad de los poetas vivos".

- ¿De qué se habla cuando se habla de literatura?

- De muchas cosas. Pero, sobre todo, de lo que nos pasa, lo que nos desvela.

- ¿Podría decirse que hay un tipo de literatura para cada región del país?

- Seguro. Pero todos tienen los mismos desafíos. Tanto los escritores de Buenos Aires, como los que habitan en las provincias, están muy influenciados por el paisaje. Por eso el desafío que tenemos los creadores es desafectarnos de ese paisaje. Está bien que se haga uno que otro verso dedicado al paisaje, pero ese entorno no debería abarcar toda la obra de un poeta. Hay que saber explotar también el paisaje interno. Cuando este proceso se produce, es decir, cuando el paisaje empieza a ser uno mismo, se producen cosas muy valiosas. En Tucumán encontré varios poetas jóvenes muy valiosos, que están haciendo este tipo de camino creativo.

- ¿Y cómo se logra ese salto?

- Leyendo a otros poetas. Ese es el mejor ejercicio. El mejor taller está en un libro de otro. Yo veo que se pierde mucho tiempo en tratar de inventar lo que ya está inventado. A veces encuentro gente que trata de hacer lo mismo que hizo, por ejemplo, Oliverio Girondo hace varias décadas atrás. Y, encima, lo hizo bien. Mejor es leer a Girondo y seguramente habrá una base para arrancar.

- Es decir que todo ya ha sido escrito...

- Exacto. Lo único que hacemos los escritores es reescribir lo que ya se inventó. Los versos libres los inventó Rubén Darío hace 120 años. Entonces lo primero es leer. Y, sobre todo, tener a alguien que guíe esas lecturas. Y lo segundo es practicar mucho. Escribir es un trabajo que requiere una disciplina. Dicen que la primera línea la dictan los ángeles. El resto hay que trabajarlo mucho.

- Y a usted, como poeta ¿qué le interesa?

- Es una buena pregunta. Aquí en Tucumán estoy presentado un libro de poemas que se llama "Áspid" y que tiene que ver con un proceso de cambio en el que estoy inmerso. La áspid es una víbora que cambia de piel para seguir viviendo. Y yo estoy en ese proceso. Qué piel tendré de ahora en más, aún no lo sé. Lo que sí estoy seguro es que todo cambio es positivo.

- ¿Es importante en este cambio la mirada del otro?

- Es fundamental. La mirada del otro completa el poema. Y si lo mío sirve de algo, mejor aún. Yo puedo escribir magníficamente, pero si nadie me lee de nada sirve el esfuerzo.

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