Los alumnos de Bellas Artes se apropian de las nuevas aulas

Los alumnos de Bellas Artes se apropian de las nuevas aulas

El rector de la UNT inauguró ayer la nueva sede de la Escuela de Bellas Artes

26 Julio 2011
Ayer, el edificio del ex colegio Herman Hollerith cobró vida y LA GACETA fue testigo. Mucha gente en la vereda, olor a pintura intenso y pulcritud que se ve desde el hall de la actual Escuela de Bellas Artes Alfredo Terragni. Los alumnos van y vienen por el pasillo central, inspeccionando cada rincón de la nueva casa de Laprida al 200. Es su primer día de clase en mucho tiempo. En las aulas de materias teóricas, cada alumno ocupa su flamante pupitre.

"Estamos mejor que en el edificio de la calle Alberdi, aunque necesitamos más espacio", dice David (2º polimodal), junto a sus compañeros en el taller de Escultura, ubicado en la planta baja. El profesor Jaime Pereyra les da instrucciones. "El taller siempre tuvo clases. Tenían una pauta de trabajo para el receso y ahora viene la entrega, el jueves: es trabajo en alambre de figuración humana", explica.

En esos momentos, en el patio posterior, las autoridades de la UNT presiden el acto de inauguración. El rector, Juan Cerisola, hace entrega de las llaves del edificio a la directora, Cristina Navarro de Puga, y simbólicamente también a los docentes, a padres y a alumnos, a modo de comprometerlos en el cuidado de la nueva sede.

"Tenemos que apropiarnos del espacio y ver todas las necesidades que vayan surgiendo en estos días, pero la casa ya está en marcha", dice con satisfacción la directora. "Es una casa hermosa y grande; hay muchos más baños, un grave problema en el otro edificio. Hay que incentivar a los chicos para que cuiden la limpieza y lo mantengan en buen estado", afirma Patricia, de maestranza.

En el primer piso está el taller de Grabado. Silvia (2º polimodal), suspira: "hace tantos años que esperábamos este momento. Ahora tenemos esta aula que da a la calle, con buena luz y ventilación". "Esta semana los chicos van a enduir y a pintar el mobiliario que van a usar. Todavía hay que desembalar cajas. Esta semana vamos a acomodar el taller. Estamos expectantes, hay que vivir el espacio", afirma la docente Mónica Vallejo.

Silvia Albuixech y Daniel Ruiz Holgado, profesores de taller de pintura, en el primer piso, acomodan armarios. "Los chicos están contentos pero hay que esperar un tiempo para que nos acomodemos bien. Ahora les informamos qué elementos de trabajo deben traer mañana para comenzar de lleno porque ya no se puede perder más tiempo", asevera Albuixech. "Estaría bueno que dividan con una pared porque tenemos clases de a dos cursos", sugiere Lourdes, alumna del taller. Mientras, en un aula de materia teórica, Ana opina que si bien va a ser difícil recuperar el tiempo de clases perdido, de todos modos rinden un integral a fin de año "así que estamos obligados a estudiar toda la materia".

Alicia Peralta, jefa del taller de Cerámica, expresa que si bien se ha llegado "a esta la solución, la escuela debería ser diseñada de acuerdo a las necesidades de los talleres" que, por el momento, siguen siendo exiguos en cuanto a requerimientos de superficie.

En tanto María Isabel Díaz, profesora de Matemática, está muy contenta: "hemos pasado las de Caín en el otro edificio. Ojalá los chicos valoren y cuiden este edificio".

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