25 Julio 2011
OFRENDAS POR LOS INOCENTES. La entrada a la Catedral de Oslo se llenó ayer de flores y velas, que llevaron familiares y amigos de los fallecidos. REUTER
OSLO.- El pueblo escandinavo vive aún consternado y sigue llorando por sus muertos. En tanto, el ciudadano noruego Anders Behring Breivik, de 32 años, acusado de los ataques terroristas del viernes en Oslo y en la isla de Utoya que se cobraron al menos 93 vidas, cargaba dos pistolas y gran cantidad de munición el momento en que fue arrestado.
En la masacre de Utoya, el extremista mató el viernes al menos 86 personas. Poco antes había colocado un coche bomba en el distrito de Oslo, causando la muerte de unas siete personas.
Ayer, en la Catedral de Oslo, se celebró una ceremonia en recuerdo de las víctimas, donde lloró el rey Harald V cuando se quebró el primer ministro Jens Stoltenberg al recordar a amigos personales y otras victimas conocidas. Hoy se rendirá homenaje a las víctimas con un minuto de silencio. También el gobierno de la vecina Suecia convocó a su población a adherirse, a las 12.
En tanto, Breivik, el asesino confeso, declarará ante un juez de instrucción. También será sometido a un examen psicológico para establecer su estado mental.
Su abogado, reconoció que le resulta difícil "hacer un resumen razonable" de lo que dijo su cliente durante el interrogatoriode varias horas, y que no se pronunciará sobre su estado mental hasta después del examen.
Ayer, unidades especiales de la policía de Oslo registró la casa de Breivik y otros lugares en busca de pruebas y material explosivo, ya que dudan de que el extremista de derecha haya organizado y ejecutado solo los dos atentados. El resultado no fue positivo.
El sábado, el sospechoso dijo haber actuado solo. Confesó haber colocado un coche bomba en el centro de Oslo, y viajado luego 40 km hasta el fiordo de Tyri, donde se hizo pasar por policía y fue trasladado a la pequeña isla de Utoya, donde con dos ametralladoras que había comprado legalmente mató a 85 personas en el campamento de las juventudes del partido socialdemócrata AUF.
En tanto, el jefe de la policía de Oslo, Sveinung Sponheim, dijo por la "rápida y competente intervención", el cuerpo evitó más muertes. Llegaron a la isla de Utoya, cerca de Oslo, una hora después de que la policía recibiera una llamada alertando sobre los disparos, añadió Sponheim. Sin embargo, otro portavoz policial dijo el que el ataque duró hora y media, hasta que Breivik se entregó voluntariamente.
La policía no determinó cuánta gente se encontraba en la isla en el momento del ataque. Los medios hablaron de entre 500 y 700 personas. Previamente habían muerto siete personas a causa del coche bomba. La policía sigue buscando más víctimas entre los escombros. También en el fiordo de Tyri los equipos de rescate buscan a cinco desaparecidos, que podrían haberse ahogado al intentar huir del atacante.
Breivik pretendía "cambiar la sociedad" con sus ataques y quiere explicar públicamente sus motivos, dijo ayer su abogado, Geir Lippestad. También dijo que pretendía "golpear a la sociedad, sus fundamentos y la forma en que está gobernada".
Durante el oficio religioso de ayer, el primer ministro afirmó: "cada muerto individual es una pérdida irreparable; combinados son una tragedia nacional".
Breivik escribió su versión online de un "manifiesto" de 1.500 páginas, titulado "2083. Declaración de Independencia de Europa". Detalla su visión contra el multiculturalismo y los inmigrantes, sobre todo los musulmanes, que en su opinión deben ser expulsados del continente. (DPA-Reuters)